Jornada laboral de 32 horas a la semana, aumentos salariales del 46 %, el fin del sistema salarial escalonado que paga menos a los nuevos empleados que a los veteranos, la restauración de planes de pensiones y cobertura médica... Estos son algunas de las demandas que los trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis piden en Detroit.
Si no se cumplen, han votado masivamente a favor de iniciar una huelga que pondría en serios aprietos a los tres gigantes de Detroit.
El sindicato United Auto Workers (UAW) ha informado que el 97 % de sus miembros -en torno a unos 150.000 trabajadores- han votado a favor de autorizar una huelga en los tres fabricantes de automóviles de Detroit si no se llega a un acuerdo antes de que expire el actual contrato de cuatro años el 14 de septiembre.
No está claro si esta decisión de iniciar una huelga masiva se podrá revertir, pues los fabricantes no están dispuestos a ganar menos dinero.
Las conversaciones entre los tres fabricantes y los trabajadores, que se iniciaron en julio, "van lentas", ha dicho la UAW en declaraciones recogidas por Reuters, mientras que el presidente de EEUU, Joe Biden (y que busca apoyos para su reelección en 2024), ha pedido que se llegue a un acuerdo.
De llevarse a cabo esta gran huelga, podría afectar a los inventarios de los tres grandes de Detroit, aunque se calcula que hasta julio, Ram, Jeep, Chrysler y Dodge tenían cada uno más de 100 días de inventario.
Por su parte, General Motors, Ford y Stellantis han dicho que quieren llegar a un acuerdo que sea justo para los trabajadores pero que también dé flexibilidad a las empresas, a medida que la industria cambia a modelos eléctricos que tienen menos piezas y requieren menos mano de obra.
FIGHTING FOR THE AMERICAN DREAM
— UAW (@UAW) August 31, 2023
Join us today at 5 PM EDT for the Big Three online training on member engagement and organizing a practice picket/rally.
Register: https://t.co/LSBq7fpJAt
See you there!#solidarity #StrikeReady #1u #UAW pic.twitter.com/ncvF7wrLUY
Desde la UAW reclaman que se debe dar un lugar a los trabajadores en medio de esta transición, tras décadas de concesiones, dicen. "Mary Barra [consejera delegada de General Motors] ha ganado 200 millones de dólares en los últimos años, mientras nuestros salarios retrocedían. Algo se ha hecho mal", ha afirmado Shawn Fain, al frente de la UAW, en declaraciones recogidas por la agencia Bloomberg.
"Los Tres Grandes han cerrado o escindido 65 plantas en los últimos 20 años. Los fabricantes de automóviles aún no han prometido seguridad laboral en nuestras negociaciones en curso", esgrimen desde la UAW.
En medio, el consumidor. Y es que el temor de las empresas es que estas reivindicaciones supongan para ellas un aumento exponencial de los costes, que podrían trasladarse al precio final de los vehículos.
La resurrección del sindicalismo en EEUU
En un país en el que el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo prohíbe expresamente los sindicatos (sí, hablamos de Tesla), se ha producido un cambio sustancial entre los trabajadores impulsado por movimientos sociales reivindicativos en torno al feminismo o al antirracismo.
Uno de los momentos más icónicos de este cambio, que empezó en 2022, fue la reorganización de los trabajadores de un Starbucks en Buffalo, gracias a los cuales se conformó el sindicato Starbucks Workers United. Fue la chispa que encendió la mecha del llamado "nuevo sindicalismo".
BREAKING: Workers at a Starbucks in Ithaca, NY have walked out to protest the company’s plan to close all the stores in the city.
— More Perfect Union (@MorePerfectUS) May 10, 2023
Every single store happens to be union.
The strike is happening at The Commons. They do not plan to return to work until their jobs are saved. pic.twitter.com/YCIQKw2DWs
En el otro lado, denuncias de trabajadores que aseguran que son acosados por empresas antisindicalistas, como es el caso de Amazon.
Sin embargo, aunque se ha producido un resurgir del movimiento obrero, sobre todo tras la pandemia -donde los trabajadores escuchaban sin cesar que eran "imprescindibles" mientras se les negaban subidas salariales y otras mejoras laborales- a EEUU aún le queda camino por recorrer.
Según datos del Departamento de Trabajo estadounidense, el 52 % de los trabajadores no sindicalizados desean unirse a un sindicato, pero solo el 11,3 % está representado por uno.