Cuando quedaban días para que terminara 2020, la fusión entre el Grupo PSA y Fiat Chrysler salió airosa de su mayor prueba: obtener la bendición de la Comisión Europea para formar Stellantis. Salvado este paso, el siguiente era someter a votación la creación del cuarto fabricante mundial de vehículos entre los accionistas.
Como era de prever, la respuesta ha sido 'sí'. Por "abrumadora mayoría".
Objetivo: garantizar la supervivencia de las dos empresas
FCA ha informado del resultado de la votación a través de un comunicado, en el que ha explicado que tanto los accionistas del grupo francés como los suyos han votado sí a Stellantis por una "abrumadora mayoría", con más del 99 % de los votos a favor de la fusión.
De esta forma, la nueva compañía automotriz nacerá oficialmente el 16 de enero, y las acciones de Stellantis comenzarán a cotizar en las bolsas de Milán, París y Nueva York a partir del 18 de enero.
Por cada acción del Grupo PSA, los accionistas recibirán 1.742 acciones de FCA.
Para el director general de Grupo PSA, Carlos Tavares, que también dirigirá la nueva entidad, se trata de "un desafío que consiste en proteger la libertad de circulación de nuestros ciudadanos, ofreciéndoles una movilidad segura, asequible y limpia. [...] Esto garantizará la supervivencia duradera de nuestras empresas", ha dicho.
Por su parte, el director ejecutivo de FCA, Mike Manley, dirigirá las operaciones de Stellantis en América del Norte y del Sur, pero no formará parte de la junta directiva.
Stellantis y sus 14 marcas, que van desde camionetas Ram y SUV Jeep hasta coches y crossovers Peugeot y Citroën, estarán domiciliadas en Ámsterdam, pero mantendrán operaciones en Michigan, Italia y Francia.
El nuevo gigante automotriz tendría unos 400.000 empleados que producirían unos 8,7 millones de vehículos al año. En comparación, General Motors emplea a 180.000 personas y produce 8,4 millones de unidades anuales.
Curiosamente, Toyota será la gran beneficiada de la fusión entre Grupo PSA y FCA, y todo depende de Vigo.
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