Pocas veces la carrera presidencial en EEUU ha estado más entretenida: Donald Trump resurge de sus 'cenizas' para ser de nuevo presidente, casi es asesinado, Joe Biden se retira de la competición tras varios patinazos épicos, las encuestas dan por ganador a Trump pero aparece en escena Kamala Harris y no sin apoyos...
Un auténtico torbellino con el futuro del coche eléctrico europeo pendiendo de un hilo. De momento Trump, amigo de Elon Musk, ha dejado claro que aniquilará todas las ayudas a estos vehículos, algo que el mandamás de Tesla no cree que vaya a afectar a su compañía: "Sería devastador para nuestros competidores y dañaría levemente a Tesla", ha dicho Musk.
Tesla ya no importa tanto
Tesla y Trump han mantenido a lo largo de los años una muy buena relación que ha culminado en salvoconductos y exenciones arancelarias durante el mandato republicano, gracias a la afinidad de Musk por los gobiernos populistas y de derechas. Este acercamiento le ha valido un buen puñado de dinero público para sus negocios, y la vuelta de Trump debería volver a favorecerle. O eso creía.
Según detalla Reuters, la posible eliminación del apoyo a los vehículos eléctricos por parte de Trump perjudicaría a otros fabricantes de automóviles más que a la firma con sede en Austin, Texas: "Sería devastador para nuestros competidores y dañaría levemente a Tesla, pero a largo plazo probablemente en realidad ayudaría a Tesla, supongo".
Que piense así se debe a que básicamente Tesla y los coches eléctricos han pasado a un segundo plano para Musk: la IA, robotaxis, llegar a Marte y la robótica se han convertido en el nuevo camino a tomar. "El valor de Tesla es, sobre todo, la autonomía. Hay otras cosas que están en el candelero en relación con la autonomía", ha explicado Musk.
De momento las 'amenazas' proteccionistas de Trump ya han paralizado los planes de Tesla para establecer una planta en México. En su discurso de aceptación en la convención del Partido Republicano la semana pasada en Milwaukee, Trump dijo que su administración impondría aranceles del 100 % al 200 % a los automóviles fabricados en México para hacerlos "invendibles" en Estados Unidos. La respuesta del mandamás de Tesla fue clara: "No tiene sentido invertir en México".
De momento el candidato republicano, ahora encumbrado como héroe tras el intento de asesinato, ha pedido nada menos que 1.000 millones de dólares a las petroleras para financiar su campaña electoral y de paso desmantelar los planes de Joe Biden que impulsan el coche eléctrico y las energías renovables.
Foto | Wikimedia/JD Lasica/Gage Skidmore
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