Primero fue el Salón de Ginebra, luego el de Detroit y más recientemente el de París. Los grandes salones de la automoción están cayendo uno tras otro debido a las medidas de contención frente al coronavirus. El último en añadirse a esta lista es el Salón de Pekín que ha quedado pospuesto.
En apenas una semana en la que hemos visto caer en cascada a los grandes salones de Europa y Estados Unidos, en China pretenden dar la vuelta a la tortilla. El país asiático quiere impedir que su maquinaria se vea afectada más de la cuenta y ha decidido aplazar su salón más importante, aunque era algo que ya se manejaba desde hace semanas.
China quiere encabezar la recuperación mundial del automóvil
A finales de la semana pasada se hizo oficial. La organización del Salón de Pekín confirmaba lo que todos nos esperábamos: el aplazamiento más que obvio. La programación estaba prevista para que el 21 de abril se abrieran sus puertas, pero como es lógico no va a ser posible.
En un escenario con cifras que superan los 1,2 millones de afectados a nivel mundial y 67.000 fallecimientos a causa de la covid-19, en China han tomado la decisión de posponer el Salón del Automóvil de Pekín. Es la cita más importante en Asia y una de las más importantes a nivel mundial debido al ingente peso de su mercado e industria, por lo que han decidido aplazar la apertura al 25 de septiembre.
De esta manera el comité de organización del evento intentará salvar los muebles este 2020. La intención es seguir conteniendo la propagación del coronavirus y esperando a un escenario más favorable, pero también tratar de devolver una relativa normalidad a la industria del automóvil.
El entramado económico se va a ver seriamente afectado por el impacto de la pandemia, bloqueando de manera tangencial prácticamente todos los sectores y afectando de lleno a la automoción. No hay ventas de coches, no hay ingresos. En España el mes de marzo las ventas cayeron en picado un 70% en España y Carlos Tavares (directivo del Grupo PSA) ya alertó de que "no se puede resistir mucho tiempo sin ingresos".
China fue el paciente cero a nivel mundial del coronavirus, pero su gran diferencia con respecto al resto del mundo es que mientras Hubei se aisló para contener la pandemia, tenía un gigante económico que se mantuvo en marcha. El resto de países tenemos que lidiar con economías congeladas hasta que pase la tormenta, dejando un escenario favorable para China quien posiblemente se vea más que reforzada cuando vuelvan a abrirse las fronteras del resto de naciones.
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