"Quienes invierten, crean empleo y trabajan con empresas locales deberían beneficiarse de los aranceles". El CEO de Volkswagen teme que las represalias de China hundan a las marcas europeas

"Quienes invierten, crean empleo y trabajan con empresas locales deberían beneficiarse de los aranceles". El CEO de Volkswagen teme que las represalias de China hundan a las marcas europeas
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Aunque varios países como Alemania y España han intentado evitarlo, la UE ya ha dado luz verde a los aranceles definitivos a los coches eléctricos que se importan a Europa desde China. De esta forma, ahora se sumará un 10 % adicional a los que se aplicaban desde julio a cada marca, llegando a un máximo de 45 % y elevando considerablemente los precios finales.

Las represalias de China ante esta medida proteccionista de la UE contra lo que consideraba “competencia desleal” no se harán esperar. Mientras, fabricantes europeos como Volkswagen o BMW piden a la UE que relaje tensiones en lugar de desatar una guerra comercial que podría tener consecuencias nefastas, no sólo para la industria de la automoción.

"Quienes invierten, crean empleo y trabajan con empresas locales deberían beneficiarse de los aranceles"

“En lugar de aranceles punitivos, debería tratarse de reconocer mutuamente las inversiones. Aquellos que invierten, crean empleo y trabajan con empresas locales deberían beneficiarse en lo que respecta a los aranceles”, ha dicho el CEO de Volkswagen, Oliver Blume, en una entrevista con Bild am Sonntag.

El CEO del Grupo alemán cree que la Unión Europea debería considerar la posibilidad de ajustar los aranceles previstos contra los vehículos eléctricos fabricados en China. Además, Blume, cree que “existe el riesgo de que las represalias de China a los aranceles perjudicarán a los fabricantes de automóviles europeos”.

La agencia de noticias china Xinhua va más allá, pues apunta a que la decisión de la Comisión Europea revela “un profundo impulso proteccionista”. “En lugar de fomentar la cooperación, estos aranceles corren el riesgo de desencadenar un conflicto comercial que podría dañar no sólo las relaciones entre China y la UE, sino también la propia ambición europea de una transición ecológica”, añade.

“El camino a seguir es claro: los aranceles proteccionistas deben abandonarse en favor de la continuación de las negociaciones”. Pese a las advertencias, todo indica que tras la votación del pasado viernes, la Unión Europea seguirá adelante con su mayor disputa comercial con Pekín en una década.

China

Ahora la Comisión Europea, brazo ejecutivo del bloque, puede proceder a aplicar los aranceles aprobados, gracias a los 10 países que votaron a favor de la medida (Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Francia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y Países Bajos), mientras que Alemania, Hungría Malta, Eslovaquia y Eslovenia votaron en contra y 12 se abstuvieron (España entre ellos).

No obstante, estos aranceles no entrarán en vigor hasta el 31 de octubre como pronto. Hasta entonces, la Comisión Europea “seguiría negociando para encontrar una alternativa”. En principio, los aranceles propuestos a los coches eléctricos fabricados en China, de hasta el 45 % y con una vigencia de cinco años, costarían a los fabricantes de automóviles miles de millones de dólares adicionales para introducir los coches en el bloque.

El Ministerio de Comercio de China ha expresado su firme oposición a los aranceles previstos, calificándolos de “injustos, no conformes e irrazonables”, y los ha impugnado ante la Organización Mundial del Comercio. Como represalia, Pekín ha iniciado este año investigaciones sobre las importaciones de Brady, productos lácteos y carne de cerdo.

Aprobar los aranceles es “una señal fatal”, dice el CEO de BMW

Bmw
Oliver Zipse

Las importaciones europeas de vehículos eléctricos fabricados en China se han disparado en los últimos años, lo que preocupa a algunos fabricantes que temen sufrir importantes pérdidas. Además, la votación amenaza con desencadenar un conflicto comercial más amplio con Pekín, que ya ha prometido proteger a sus empresas.

Ahora, la UE y China podrían estar estudiando a contrarreloj la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre un mecanismo de control de precios y volúmenes de exportación que sustituya a los aranceles. Así, un posible compromiso entre ambos podría ser fijar unos precios mínimos de venta.

El consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, afirmó que el voto de la Unión Europea a favor de imponer aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos procedentes de China es “una señal fatal para la industria automovilística europea” y pidió una solución rápida y negociada.

“El hecho de que Alemania haya votado en contra de los aranceles es una señal importante y aumenta las posibilidades de un acuerdo negociado”, dijo Zipse, ex presidente de ACEA, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles y principal grupo de presión de la industria del automóvil en la Unión Europea.

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En la misma línea de Volkswagen o BMW, Mercedes-Benz apunta a que la votación podría tener “consecuencias negativas de gran alcance” y pidió una solución negociada, así como un aplazamiento de la aplicación de las medidas. Marcas chinas con gran presencia en Europa criticaron la votación, entre ellas Zhejiang Geely Holding, que cuenta entre sus filiales con Volvo, además de Poletar, Lynk & CO, Zeekr y Lotus, y tiene una participación del 50% en Smart.

La Presidenta de Asociación Alemana de la Industria Automotriz, Hildegard Müller, también advierte que los aranceles propuestos aumentarían los precios para los consumidores, además de poner en riesgo una guerra comercial. “El daño potencial que podrían causar los derechos compensatorios es, por tanto, mayor que los beneficios potenciales del instrumento”.

Muchos ministros de Economía europeos apoyaron la continuación de las negociaciones para evitar una guerra comercial, entre ellos el alemán Christian Lindner y el español Carlos Cuerpo.

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