A pesar de que Europa se está poniendo las pilas en la esfera de las baterías de los coches eléctricos, se ha incorporado tarde a la carrera que lidera Asia. El último informe de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto) alerta de que solo el 3 % de las baterías se producen actualmente en países europeos.
A esto se le añade el elevado peso de las baterías, lo que supone un obstáculo logístico que hace necesario, según el sector, que su producción se realice cerca de las plantas de vehículos.
Acceso a materias primas, transporte...
El informe desgrana las 10 claves que el sector de los componentes considera necesarias para impulsar la electrificación de la industria del automóvil en España. Países como Alemania, Francia y Reino Unido ya están estableciendo sus propias fábricas de baterías para estos vehículos, pero en España tenemos que importarlas.
"En España ya se producen dos automóviles eléctricos (Opel Corsa, en Zaragoza y Peugeot 2008, en Vigo; y está planeado otro modelo eléctrico en Madrid) pero nuestra industria de proveedores necesita reaccionar a tiempo para desarrollar capacidades nacionales y atraer más inversiones", dice Sernauto.
Lo cierto es que está siendo el País Vasco el que está liderando un proyecto que busca revolucionar la industria de fabricación de baterías en Europa, y hacerla más competitiva. Durante 42 meses se trabajará en mejorar el diseño de las celdas y su proceso de fabricación.
Por el momento, Asia lleva la delantera: China (que copa el 80 % de la producción), Corea y Japón poseen la mayor capacidad mundial de fabricación, y es precisamente lo que quiere resaltar la asociación.
Las baterías suponen el 40% del valor añadido de un coche eléctrico, y según los datos recogidos por Sernauto del departamento de Medio Ambiente de la Comisión Europea, solo el 3% de las baterías se producen actualmente en países europeos.
A esto se le añade que un paquete de baterías puede llegar a pesar hasta 500 kg, algo problemático en la esfera logística.
Este sector también reclama un acceso seguro a materias primas como el litio o el cobalto "independientemente de su procedencia" para evitar interrupciones en la cadena de suministro "por conflictos comerciales o disputas geoestratégicas".
Lo que no se menciona en el informe es que muchas veces la escasa trazabilidad de estos minerales imposibilita saber si proceden de la explotación laboral de niños y adultos, como ocurre en la República Democrática del Congo con el cobalto, o de la sobreexplotación de salares en Sudamérica para extraer el litio.
De momento España se ha subido al carro de la Alianza Europea de las Baterías y también lidera el proyecto europeo de desarrollo de baterías de magnesio para coches eléctricos E-Magic.
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