Después de meses de rumores, el mes pasado Ford anunció que su ERE en Europa suprimirá 3.800 empleos en los próximos tres años. Según los datos que publicó la marca en ese momento, 3.600 de los despidos se concentrarían en Alemania y Reino Unido.
En cambio, parecía que en la fábrica de Ford de Almussafes podían respirar tranquilos, en parte gracias a los dos nuevos coches eléctricos que se adjudicaron a esta planta el pasado verano. Sin embargo, solo unas semanas después de ese anuncio, Ford ha propuesto 1.100 despidos en la fábrica valenciana.
El coche eléctrico necesita menos trabajadores
Hace unas semanas, el jefe europeo de vehículos eléctricos de pasajeros de Ford y responsable de Ford Alemania, Martin Sander, justificó los despidos que tendrán lugar a lo largo de los próximos tres años en Ford Alemania hablando del coche eléctrico.
"Hay mucho menos trabajo que hacer en los sistemas de propulsión que abandonan los motores de combustión. Estamos entrando en un mundo con menos plataformas globales y en el que se necesita menos trabajo de ingeniería. Por eso tenemos que hacer los ajustes", dijo Sander.
Fue claro: para hacer coches eléctricos no hace falta tanta mano de obra, ni en el proceso de diseño ni a la hora de fabricarlos. Y la cruda realidad es que el sector del automóvil está caminando únicamente hacia la electrificación total de esta industria, por lo que los despidos son inevitables.
La Unión Europea está siendo muy clara, de hecho, parecía que la prohibición de los coches de gasolina y diésel a partir de 2035 iba a salir finalmente adelante hace tan solo unos días, pero el veto de Alemania paralizó la condena de muerte al motor de combustión, para disgusto de España, que tachó de “decepcionante” el volantazo de Alemania a través de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera.
El veto de Alemania a esta prohibición se debe al temor de apostarlo todo a la electrificación y no dejar una pequeña puerta abierta al motor de combustión a través de los combustibles sintéticos. Es lógico, miles de puestos de trabajo dependen de esta industria en Alemania y en los últimos meses el ejecutivo de Olaf Scholz le ha visto las orejas al lobo.
España no es una excepción en este sentido, es más, nuestro país es el segundo productor de automóviles de Europa, por lo que el coche eléctrico y todo lo que conlleva en términos de trabajo representa una amenaza real.
Prueba de ello son los despidos que acaba de proponer Ford para su fábrica de Almussafes. Según señala El País, Ford pretende despedir a 1.144 personas en la planta valencia, es decir, al 19% de la plantilla, puesto que actualmente cuenta con 5.800 trabajadores.
De esta forma, el balón de oxígeno del que hablábamos unas semanas atrás, cuando Ford anunció que su ERE afectaría principalmente a Alemania y Reino Unido, pero no a España, se ha convertido en todo lo contrario.
El cese de la producción de los Ford S-Max y Galaxy el próximo mes de abril sería uno de los motivos que ha llevado a Ford a tomar esta decisión. Pero Ford también tiene la vista puesta en 2026, cuando debería arrancar la producción de los dos nuevos coches de cero emisiones en Almussafes, dos modelos que reducirían la carga de trabajo por su condición de eléctricos.