Gracias a un agresivo y ambicioso plan de crecimiento, Škoda es ya una de las marcas más exitosas del Grupo Volkswagen, no tanto por su creciente volumen de ventas sino, sobre todo, por su margen de beneficios, que supera ya a la histórica gallina de los huevos de oro del grupo, Audi.
Esta evolución del fabricante checo, que en no demasiado tiempo ha pasado de vender automóviles de bajo coste y cuestionable calidad a tener una oferta de las más interesantes del mercado actual, también trae consigo nuevos retos, sobre todo en lo que respecta a la producción, según Automotive News.
Desde el año 2007, periodo durante el cual Škoda vendió 630.000 coches, la marca ha catapultado sus cifras hasta los 1,2 millones de unidades comercializadas en 2017, lo que supone haber duplicado ventas en una década, gracias esencialmente a su rápido crecimiento en mercados como el de China, que ya es actualmente su principal mercado.
Pero la auténtica clave del fabricante de Mladá Boleslav es que estas cifras récord de ventas conllevaron otro récord: 16.600 millones de euros ingresos y un beneficio operativo de 1.600 millones de euros, lo que significa que el margen operativo de la marca asciende al 9,7%, una cifra que la coloca como una de las más rentables dentro del grupo alemán y también de todo el sector.
El objetivo más inmediato de Škoda en lo que se refiere a ventas es alcanzar los 2 millones de coches en 2025, ampliando su gama de vehículos SUV, que son los más demandados por el mercado. Aún así, las ventas de SUV dentro de la compañía tienen mucho margen de mejora, ya que según JATO Dynamics, sólo el 15% de las ventas de Škoda en 2017 fueron modelos SUV.
En España. por ejemplo, la firma checa comercializó 24.860 coches durante el año pasado (cifra de ANFAC), lo que supone un enorme crecimiento si tenemos en cuenta que en 2013 la marca tuvo que conformarse con alrededor de 14.000 unidades. Ahora bien, si hacemos memoria, Škoda llegó a vender en nuestro país cerca de 28.000 vehículos en 2007, justo antes de la crisis.
Mirando al futuro, con retos por delante
Para atacar directamente a este segmento de automóviles en auge, la firma checa ya está preparando un SUV de segmento B cuyas líneas nos adelantó el prototipo Škoda Vision X, y en China ha presentado un todocamino específico para dicho mercado, denominado Škoda Kamiq. Además, en 2019 llegará también otro nuevo SUV para el mercado chino.
Y, por supuesto, los planes eléctricos tampoco están lejos. Hasta cinco modelos 100% eléctricos pretende vender el fabricante en 2025, siendo el primero un SUV que entrará a producción en 2020.
Por otra parte, la marca está planteándose también el lanzamiento de modelos asequibles o de bajo coste en mercados emergentes como el de India. La decisión sobre si fabricarán este tipo de vehículos sobre la plataforma MQB A0 del grupo se tomará a mediados de este mismo año.
Una de las principales ventajas de Škoda hasta la fecha frente a otros fabricantes, tanto del propio grupo alemán como competidores, ha sido que los costes laborales en la República Checa resultaban inferiores a los de otros países como Alemania, por poner un ejemplo.
Ahora, no obstante, los sindicatos del país están demandando mejores condiciones laborales para los trabajadores y aumentos salariales. De hecho la marca aumentó los salarios un 10% el año pasado y, en el mes de abril, los sindicatos amenazaron con huelgas para conseguir otro 12% de aumento.
Habiendo sido la capacidad productiva de la marca una de las trabas de mayor peso para el crecimiento, el CEO de la compañía, Bernhard Maier, ha asegurado que para continuar creciendo habría que automatizar más sus plantas, producir en otras plantas europeas del grupo o bien construir una tercera factoría, si bien no hay nada decidido por el momento.