"Tengo un diésel que no podré conducir por la ciudad". Así se presenta el futuro para los propietarios de coches 'viejos'
"Otro palo a los pobres que no podemos renovar el coche, pero sí vamos a seguir pagando el impuesto de circulación de Madrid". "Ya me gustaría a mí poder cambiar mi "chatarra contaminante" por un coche clase 0". "¿Y por qué no prohibir también coches de alta cilindrada que consumen más?". Esto es solo una pequeña muestra de lo que el plan de Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid ha suscitado.
A partir de 2025 los vehículos diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores a 2000 tendrán prohibida la circulación por la almendra central. Si tenemos en cuenta que para 2025 estaremos hablando de coches de 20 años... ¿Estamos exagerando? Hemos hablado con dos afectados que tienen en común un diésel antiguo para ir al trabajo, pero que no comparten el mismo punto de vista, y con el Ayuntamiento, que no ha arrojado mucha luz a los interrogantes.
Sistema específico de distintivos ambientales en marcha
Ante el revulsivo que ha supuesto el Plan de Calidad del Aire, llamado Plan A de Madrid ("A de aire y porque no hay plan B posible"), los usuarios del transporte privado se han levantado en pie de guerra ante lo que algunos han denominado una medida para ricos. ¿Cómo afectará a la circulación de la almendra central de Madrid?
- Los vehículos diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores a 2000 tendrán prohibido el acceso al centro de Madrid para 2025.
- Se limitará a 70 kilómetros por hora la velocidad en la M-30 y los accesos a la capital.
- Se prohibirá el aparcamiento en la zona SER a los vehículos sin distintivo ambiental a partir de 2020 y limitará su uso en 2025 en todo el término municipal.
- Se creará una gran área de prioridad residencial con acceso restringido a los no residentes.
- La EMT tendrá una flota de bajas emisiones en 2020 y se establecerán vías con preferencia para los autobuses públicos de la EMT.
El compromiso de mejora del aire asumido por el Ayuntamiento de Madrid se une a las iniciativas que ya han tomado ciudades como Barcelona, París y Ciudad de México, ante los récords en materia de incumplimientos, tanto en niveles de NO₂ como en niveles de PM2.5.
Este bosquejo de lo que supondrá la implementación del plan hace surgir muchas dudas, como la de cuánto dinero nos va a costar que nos dejen entrar en la ciudad con un coche. En cuando a si las motos y los vehículos más pesados se verán afectados, el Ayuntamiento ha declarado lo siguiente a Motorpasión: "La DGT está elaborando un sistema específico de distintivos ambientales, por lo que parece prudente esperar al desarrollo de esta clasificación ambiental antes de tomar medidas".
Dado el proceso de desarrollo en el que se encuentra el plan, las respuestas proporcionadas apenas se han salido de las informaciones que ya han publicado en la web del Ayuntamiento. Sin embargo, al preguntar por las matrículas históricas, se ha afirmado que "los vehículos clásicos tendrán un tratamiento diferenciado dentro del Plan A",
También hemos hablado con dos afectados que cumplen las características del nuevo plan: tienen vehículos diésel antiguos y los utilizan a diario para cruzar Madrid de camino al trabajo. Dos opiniones distintas pero que comparten el hecho de que, a pesar del diferente aspecto de los vehículos, para 2025 les habrá llegado a ambos la hora en el centro de Madrid.
"Tocará usar el transporte público"
Jorge utiliza su coche diésel a diario, tanto para ocio como para ir a trabajar, en un recorrido de unos 60 kilómetros al día a Madrid. La entrada en vigor de la nueva ley le obligaría a ir por la M-40 y por accesos que no incluyen el centro: "Supongo que habrá mas atascos debido a las restricciones y la gente que no pueda realizar su trayecto habitual". ¿Cómo le afecta? Tendrá que madrugar más o utilizar el transporte público, que cree que se masificará por la gente que decida prescindir del coche.
Ante este aspecto, Jorge se muestra resignado: "Se acabará el ir al centro en el coche como estaba acostumbrado. Otra opción es acercarme a las zonas de fuera de la M-30 y aparcar por allí y usar el transporte público, reduciría el trayecto desde mi casa pero también seria un doble gasto", relata.
"A día de hoy no me planteo cambiar mi coche, es buen coche, apenas contamina (0,17 en la emisión de gases en la ultima ITV pasada este año), funciona como un reloj. Llevo sus mantenimientos al día y lo cuido muchísimo, pero entiendo que alguien que solo lo utilice para ir al trabajo dentro de esta limitación, sí se vea en la necesidad de sustituirlo. En cambio a mí no me compensa."
Aunque afirma que prefiere "aguantar un atasco que una aglomeración en el transporte público", está de acuerdo con la medida en cuanto a la reducción de la contaminación, minimizar la afluencia de tráfico así como las aglomeraciones en el centro. Sin embargo, alude a este tinte clasista del que se habla al apuntar que no todo el mundo tiene presupuesto para permitirse un coche eléctrico aún con ayudas.
"Más subvenciones y menos PIVE"
Daniel también utiliza su Saxo a diario para ir a trabajar al centro de Madrid; hace una media de 60 kilómetros diarios. Para 2025 su coche tendrá 24 años. Aún así, no está de acuerdo con el proyecto del Ayuntamiento ya que no puede permitirse adquirir otro vehículo: "¿Quién me va a subvencionar eso? ¿Y los autobuses y camiones diésel anteriores a 2006 se van a ver afectados o ellos no?", se plantea.
"Yo me pregunto, ¿cómo se cobrará el numerito? ¿La reducción del impuesto de circulación será también para aquellos que vengan de otras comunidades a trabajar al centro o solo para los residentes en Madrid?"
Relata que el no poder acceder al centro le supondrá un incremento en kilómetros, en combustible y en tiempo. Aunque no está de acuerdo con entrada en vigor de la prohibición, afirma que sí ve efectivo a la hora de reducir la contaminación el control de vehículos con matrícula par e impar en las entradas a la ciudad.
Daniel cree que se deberían impulsar más ayudas y subvenciones, ya que el plan PIVE "no es suficiente" para hacer frente al gasto que supone un nuevo coche, con un seguro y un impuesto de circulación. Asimismo, reclama una reducción en el precio del transporte público, "para no tener que pedir un préstamo".
Ante este cambio en el panorama de movilidad urbana, debemos plantearnos algunas cuestiones: ¿Tenemos claro lo que implica la contaminación en nuestra salud o priorizamos otros aspectos? ¿Por qué en Madrid no se acepta la limitación del tráfico rodado en el centro de la misma forma que en otras ciudades europeas? ¿Estamos politizando un asunto tan grave como es la contaminación? Y sobre todo, ¿cuántos años tendrá tu coche en 2025?
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