"Cerrar fábricas no es el camino". El canciller de Alemania se pone de parte de los trabajadores y critica las decisiones de Volkswagen

"Cerrar fábricas no es el camino". El canciller de Alemania se pone de parte de los trabajadores y critica las decisiones de Volkswagen
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Volkswagen continúa en su cruzada por recortar gastos con medidas que afectarán directamente a los trabajadores: sobre la mesa está el cierre de plantas en Alemania, el despido de hasta 30.000 empleados y recortes salariales del 10 %. Medidas que el Gobierno alemán no ve con buenos ojos.

Sobre ello se ha pronunciado el canciller alemán Olaf Scholz, que se ha mostrado contrario al cierre de fábricas recordando a Volkswagen que tiene una responsabilidad para con sus empleados. Aunque también para el propio estado: Volkswagen es una pieza fundamental de la industria alemana y la economía del país.

"Siempre es correcto recordar a las empresas su responsabilidad"

En una reciente entrevista, Scholz ha valorado negativamente la deriva que pretende llevar acabo Volkswagen para asegurar su rentabilidad ante la amenaza de los coches eléctricos llegados desde China. "El cierre de fábricas sería una decisión equivocada por parte de Volkswagen", ha defendido el jefe de Gobierno.

Aunque admite que la decisión compete a la firma y los representantes de los trabajadores, Scholz ha sido categórico: "Mi opinión es clara: cerrar plantas no sería la solución adecuada". No lo es porque considera que el Grupo Volkswagenes el principal responsable de su complicada tesitura: "No sería correcto porque las malas decisiones de su gestión han contribuido a la difícil situación. Siempre es correcto recordar a las empresas su responsabilidad".

Solo en Alemania, Volkswagen cuenta con un total de 20 fábricas entre las que ensamblan automóviles, componentes o motores. Más de 100.000 empleados trabajan en estas plantas, del total de casi 298.700 trabajadores que emplea en su país natal.

La buena salud de Volkswagen es vital para el estado alemán: la industria del automóvil es su mayor fuerza industrial y contribuye casi al 3 % del PIB. Además, el estado de Baja Sajonia es el segundo mayor accionista del Grupo Volkswagen, con una participación del 20 %. También desde el gobierno de la región se ha instado a la compañía a que reconsidere el cierre de plantas.

Fábrica de Volkswagen

Tres fábricas en peligro y miles de trabajadores en pie de guerra. Hoy lunes 9 de diciembre se celebrará la cuarta ronda de negociaciones entre los sindicatos y Volkswagen para llegar a un acuerdo y definir el nuevo convenio laboral. De momento, estos encuentros han sido infructuosos. Volkswagen se mantiene firme en su intención de cerrar plantas, lo que supondrá despidos, y recortes salariales para apretarse el cinturón. Prevén que con estas medidas, Volkswagen ahorrará 17.000 millones de euros.

Las protestas masivas no se han hecho esperar: el pasado lunes los trabajadores de varias plantas firmaron paros parciales en las llamadas 'huelgas de advertencia', secundados por más de 14.000 empleados. En cada turno hicieron paros de unas dos horas. Hoy se celebrarán nuevos paros.

Volkswagen planea echar el cierre a tres plantas: dos de automóviles y una de componentes. Las candidatas, según se señala, serían factorías en Alemania que el gigante automovilístico considera obsoletas. Entre ellas podría estar por ejemplo la de Osnabrück, que solo ensambla un modelo: el tan de nicho Volkswagen T-Roc Cabriolet. Aunque desde el comité de empresa advierten que la intención de Volkswagen es aplicar recortes y despidos en todas las factorías alemanas: "¡Ninguna fábrica de Volkswagen está a salvo!".

Fábrica de Volkswagen

El principal sindicato, IG Metall ha propuesto que los trabajadores que renuncien a primas y aumentos salariales en los próximos dos años, con jornadas laborales reducidas, para así evitar el cierre de dichas plantas.

Oliver Blume, CEO de Volkswagen, ya ha dejado claro que "los costes laborales en Volkswagen son demasiado elevados en comparación con la competencia internacional". Lo que proponen desde la compañía además son recortes salariales de un 10 %, también dilapidar el convenio colectivo que lleva 30 años activo.

El Gobierno alemán ha tendido la mano a Volkswagen para evitar estas medidas drásticas que supondrían un duro golpe para la economía del país y su fuerza laboral. El propio Scholz ha mantenido reuniones con la dirección de la empresa. Pero la postura conciliadora se ha convertido ya en crítica por parte del canciller.

La situación de Volkswagen en Alemania es similar a la de Italia con Stellantis por lo que supone para la economía del país. En el caso de Italia, las medidas de recortes de gastos adoptadas por el otra gran conglomerado automovilístico europeo, con paros en varios fábricas, han generado un enfrentamiento con el gobierno de Giorgia Meloni. Aunque no ha sido el único punto de discrepancia. Este enfrentamiento ha sido uno de los motivos del cese de Carlos Tavares, CEO de Stellantis.

Desde 2020, tras la pandemia, Volkswagen se enfrenta a un déficit de demanda de unos 500.000 coches, lo que equivale aproximadamente a la producción máxima de dos plantas. En total, la firma ha invertido 73.000 millones de euros en el desarrollo y producción de modelos eléctricos: lo que supone la mitad de la inversión total de la empresa de los últimos años.

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