La desaceleración de la demanda de coches eléctricos en Europa, unida a la fuerte competencia de los fabricantes chinos, empieza a afectar a los planes de producción de baterías y coches eléctricos de varios grandes fabricantes que, ante la falta de rentabilidad, están empezando a posponer o cancelar proyectos que no les compensan.
Encontramos ejemplos de ello en algunas marcas premium como Audi, Porsche o Mercedes-Benz, que ya están revisando sus estrategias de electrificación en nuestro mercado para poder hacer frente a los considerables desafíos que está causando una demanda de vehículos eléctricos mucho menor de lo previsto. Y podría ser peor.
Cierre inminente de fábricas: el ejemplo de la planta de Audi en Bruselas
El pasado 9 de julio, el Grupo Volkswagen advirtió en un comunicado sobre el posible cierre de la planta de ensamblaje de Audi en Bruselas, que actualmente emplea a unas 3.000 personas y produce alrededor de 50.000 vehículos al año, incluyendo el Audi Q8 E-tron, que lleva desde 2018 en el mercado.
Esta decisión está motivada tras una drástica caída en la demanda de coches eléctricos de alta gama en nuestro mercado, que ha obligado a la compañía a reconsiderar sus objetivos y a ajustar su pronóstico operativo para el año en curso. Tanto la búsqueda de un uso alternativo como el cierre definitivo de la planta de Bruselas podría costar hasta 2.600 millones de euros.
Nada comparado con cómo podría acabar el año el Grupo, cuando sólo en el primer trimestre las ganancias operativas de Volkswagen disminuyeron un 20 %, en parte por los retrasos en las entregas en Audi, después de que la planta de Bruselas tuviese que cerrar dos semanas en febrero debido a la escasez de componentes.
Además, la planta ha enfrentado “desafíos estructurales” incluyendo dificultades logísticas y de diseño debido a su proximidad a la ciudad. Una portavoz del Comité de Audi, Rita Beck, ya dijo en ese momento que “Audi estaba evaluando opciones para asegurar un futuro para la planta y nuestros colegas en Bruselas”.
Ahora comenzaría un proceso de consulta para encontrar soluciones, pero de no encontrar alternativa, esta sería la primera vez que el Grupo Volkswagen clausura una fábrica desde 1988, cuando tuvo que cerrar su planta en Pensilvania (EEUU).
Por otra parte, la división de baterías PowerCo de Volkswagen ya pospuso también la construcción de una cuarta planta de baterías en Europa, lo que cambia drásticamente sus planes de levantar seis gigafactorías propias de cara a 2030, tal y como anunció en 2021.
Porsche: reducción de la producción pese a la presión de los accionistas
Porsche, que posee poco menos de un tercio del Grupo Volkswagen pero tiene la mayoría de los derechos de voto, ha recortado su previsión de ganancias a entre 3.500 millones y 5.500 millones de euros debido “a la baja demanda de vehículos eléctricos y otros gastos no planificados”. Y eso que este año era prometedor para la marca alemana.
Este 2024 Porsche estrena cuatro modelos, con la electrificación muy presente en todos: el 911 por primera vez tiene versión híbrida y también se ha presentado el Macan eléctrico (que ya hemos conducido), además de que el nuevo Taycan hará lo propio.
Pero las ventas no están acompañando a sus objetivos iniciales. Y eso empieza a poner nerviosos a los inversores, que ya han perdido a la marca de Stuttgart que se revise la estrategia eléctrica. Pese a ello, Porsche ha confirmado que va a dejar de producir definitivamente el Porsche Macan de gasolina, una de sus gallinas de los huevos de oro.
De hecho, el Porsche Macan térmico ya ha dejado de venderse en Europa para cumplir con la normativa de emisiones, aunque lo ha seguido produciendo para mercados como el estadounidense o el británico. De hecho la intención es que conviviera con el eléctrico, pero finalmente el Macan de gasolina dirá su adiós definitivo en dos años.
Mercedes-Benz congela sus planes de inversión en baterías para coches eléctricos
Otra marca que también está ajustando sus planes ante la desaceleración en la demanda de vehículos eléctricos es Mercedes-Benz. Inicialmente, la marca de la estrella había planeado construir ocho fábricas de celdas en todo el mundo con la ayuda de diferentes socios, incluyendo cuatro en Europa.
El objetivo era alcanzar una capacidad de 200 gigavatios-hora para finales de la década, pero ahora la compañía ha decidido esperar a que la demanda de vehículos eléctricos aumente antes de seguir invirtiendo en sus planes de baterías. Así, la joint venture entre Mercedes-Benz, Fiat y Stellantis, ACC, ha pausado ya la construcción de dos plantas en Alemania e Italia y está reevaluando sus acuerdos con proveedores en EEUU y China.
Con la demanda de vehículos eléctricos más baja de lo previsto, ahora Mercedes cree que las ventas de vehículos electrificados, incluyendo híbridos enchufables, “no llegarán al 50 % del total hasta 2030”, cinco años más tarde de lo pronosticado anteriormente.
Based on announced investment decisions and forecast demand growth, battery production capacity will grow by over 350% by 2030.
— Derrick Allott (@DerrickSCI) April 9, 2024
SC Insights forecast that the battery market will remain in oversupply until 2030 unless more projects are scaled back or cancelled. This leaves China… pic.twitter.com/cASeCYqQ29
La desaceleración global en las ventas de autos eléctricos está teniendo un impacto considerable en los planes de expansión y producción de los principales fabricantes de automóviles, como muestran los ejemplos de Audi, Porsche, o Mercedes-Benz en Europa. Aunque no son las únicas que están tratando de ajustar sus planes de producción y baterías para adaptarse a las fluctuaciones del mercado.
Estos ajustes reflejan una realidad desafiante para la industria automotriz en Europa, que debe adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del mercado mientras enfrenta la competencia de productores asiáticos, especialmente de China, que dominan el mercado de baterías y eléctricos con productos más baratos. La capacidad de estas empresas para solventar estos desafíos determinará su éxito en el mercado en los próximos años.