A los altos precios que estamos pagando por el combustible se une un hecho inevitable: el petróleo es finito. De momento, Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo crudo del mundo, ha reconocido que no tendrá capacidad adicional para aumentar la producción en los objetivos que se había marcado, y ha pronosticado "una inflación sin precedentes".
Y las exportaciones de petróleo ruso, que abastecen a los países de la UE, han caído al nivel más bajo desde agosto de 2021.
Pocos pronósticos de que baje el precio de los combustibles
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, compartió el techo de capacidad de producción de su país en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo.
Concretamente, ha anunciado que la monarquía absolutista no tendrá capacidad adicional para aumentar la producción por encima de los 13 millones de barriles por día que se comprometió a tener para 2027.
Mientras tanto, EEUU está presionando al reino para que incremente su capacidad de producción y equilibre el mercado.
El príncipe heredero saudí también criticó "la adopción de políticas poco realistas para reducir las emisiones mediante la exclusión de las principales fuentes de energía sin tener en cuenta el impacto resultante de estas políticas en el ámbito social y económico".
Además, ha pronosticado unos años venideros como poco, complicados:
"Los pilares del desarrollo sostenible y las cadenas mundiales de suministro darán lugar en los próximos años a una inflación sin precedentes, un aumento de los precios de la energía, un aumento del desempleo y exacerbarán los graves problemas sociales y de seguridad, incluido un aumento de la pobreza y la hambruna y las tasas de delincuencia, el extremismo y el terrorismo”.
Mientras tanto, la Agencia Internacional de Energía considera que el aumento de la generación de energía y la recuperación en China equilibrarán el ligero descenso en la demanda de petróleo.
Un descenso provocado en parte por la gran subida en el precio de los combustibles.
También ayudarán a equilibrar la balanza una mayor producción de crudo que ya se está dando en EEUU y Canadá.
De momento, el empeoramiento de las perspectivas económicas ha impulsado una venta masiva en el mercado de futuros del crudo, manteniendo tanto el barril del Brent como el WTI en torno a la barrera de los 100 dólares.
El debilitamiento del dólar pero sobre todo del euro, unido a una baja producción por parte de la OPEP podrían mantener los precios de los combustibles altos durante todo 2022.