El desarrollo económico de China y su industria automovilística tiene más consecuencias que la compra de compañías europeas por parte de empresas de este país.
En efecto las previsiones apuntan que para 2020 habrá en China 200 millones de coches circulando por sus carreteras. Según el Gobierno chino esto supone un grave problema energético y medioambiental.
Para Wang Fuchang, responsable estatal de equipos industriales, el gigante asiático debe tomar una serie de medidas a corto y largo plazo que le permitan hacer frente a este reto:
- Desarrollar fuentes de energía eficientes y vehículos alternativos a los actuales
- Potenciar el desarrollo independiente sin descuidar la apertura y cooperación internacional
- Encontrar un correcto equilibrio entre la economía planificada y las fuerzas de mercado
- Facilitar la creación de un tejido industrial privado sin olvidar la mejora de las estructuras estatales de apoyo
Además Fuchang considera que la industria automotriz es capaz de alcanzar algunos objetivos en un plazo de no más de 10 años:
- China deber dominar la tecnología básica de eficiencia energética, y además sus nuevos coches alternativos deben estar a la altura de los más altos estándares internacionales
- Se debería tener una industria del automóvil basada en nuevas fuentes de energía competitiva a nivel internacional, que contase con sus propios proveedores
- Las ventas de vehículos alternativos deberían aumentar considerablemente
- La eficiencia energética de la industria debería alcanzar los estándares internacionales
Para conseguir esta transformación industrial, el Gobierno chino se plantea desde obligar a las empresas a desarrollar vehículos más eficientes, hasta ofrecer incentivos económicos a los compradores, pasando por reformas legales que fomenten los vehículos alternativos.
Vía | Autoblog
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