Era de esperar. Si Red Bull y Sebastian Vettel cumplen el guión cuando salen desde la pole position poco o nada pueden hacer los rivales. Hace unas horas, Vettel ha conseguido su tercera victoria consecutiva en el Gran Premio de Corea, la cuarta seguida (octava victoria de la temporada) que le permiten quedarse a punto de certificar matemáticamente su cuarto título. Tanto es así que, carambola mediante, el alemán podría proclamarse campeón del mundo en Suzuka en apenas siete días. Eso sí, para ello tendría que ganar la carrera, ahora mismo le separan 77 puntos con respecto a Fernando Alonso, y que el asturiano no pasara de la novena posición.
Hoy, la película ha sido la misma de las últimas carreras. Vettel mantenía la primera posición en la salida mientras que detrás se producían las hostilidades. Romain Grosjean superaba a Lewis Hamilton y algo más atrás, los dos Sauber y los dos Ferrari luchaban a brazo partido en la curva tres. Ver cuatro monoplazas en paralelo llegando a un ángulo tan cerrado como esa curva no suele ser habitual y tampoco hay que ser un experto para advertir que algo iba a pasar. Dicho y hecho. Felipe Massa trompeaba y por suerte no se llevaba puesto a su compañero de equipo que conseguía esquivarle.
A partir de ese momento la carrera se estabilizaría. Por delante Vettel se iba con Grosjean, Hamilton y Nico Rosberg mientras que Nico Hülkenberg se convertía en un muro infranqueable para Alonso. Y antes de que se me olvide. Chapeau la carrera del piloto de Sauber. Ferrari quería un campeón como Kimi Räikkönen pero con Hülkenberg además de talento, habrían encontrado un piloto con mucho futuro. Ellos sabrán.
Tras estabilizarse la carrera después del primer bloque de paradas en boxes comenzó el periodo de incidentes. En el primero a Nico Rosberg se le partía el soporte que une la nariz con el chasis y además de destrozar su carrera, destrozaba la de su compañero al no apartarse y querer seguir a ritmo de carrera. Poco después, un problema de delaminación en el neumático delantero derecho del monoplaza de Sergio Perez(el cual ha sufrido mucho castigo en todos los pilotos) provocaba la salida del safety-car. Para completar el círculo, tras la marcha del coche de seguridad, este tenía que volver a salir, ya que el Red Bull de Mark Webber comenzaba a arder tras ver como Adrian Sutil impactaba con su neumático trasero en el pontón lateral de su monoplaza.
Ni por esas el dominio de Vettel se veía importunado. Eso sí, por detrás la cosa cambiaba ya que el baile permitía a Räikkönen subirse al segundo escalón del podio por delante de su compañero Romain Grosjean. Un poco más atrás, Nico Hülkenberg era cuarto y de nuevo era un muro para los ataques de Lewis Hamilton. Alonso se tenía que conformar con una pobre sexta posición. En carreras anteriores se había obrado el milagro. Pero no todos los días son fiesta.
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