El Gran Premio de Austria volvió a prender la chispa de la polémica en la Fórmula 1. Max Verstappen sobrepasó el límite con una macarrada impropia de alguien de su nombre, su palmarés y su superioridad, dejando fuera de carrera a Lando Norris en las últimas vueltas solamente no negarse a dar su brazo a torcer y perder una mísera carrera.
Tras la carrera hubo muchas reacciones viscerales a la actuación de Verstappen, y al curioso consentimiento de la FIA, pero una de las más interesantes fue la de Andrea Stella, jefe de McLaren y antiguo ingeniero de Fernando Alonso. Para el italiano, la Fórmula 1 creó un monstruo con Max Verstappen, y ahora está pagando las consecuencias.
Verstappen dejó fuera a su rival y solo fue sancionado con diez inútiles segundos
"No necesitan hacer esto. Es una manera de arrastrar su propia reputación", reflexionaba Stella sobre la acción. Fue una sensación general, casi una bofetada para el aficionado a la Fórmula 1. Ver como el campeón, el piloto que gana absolutamente todas las carreras por derribo, estaba dispuesto a provocar un accidente con tal de evitar ser batido.
"El problema que hay detrás es que si no abordas las cosas como toca, volverán a pasar. Han vuelto a pasar hoy porque no se abordaron adecuadamente en el pasado, cuando hubo algunas peleas con Lewis Hamilton que necesitaban ser castigadas de una manera más dura", prosigue Stella.
Verstappen parecía tener controlada la carrera en Austria, pero una mala parada en boxes y un error de pilotaje permitieron a Norris acercarse. Claramente el McLaren venía más rápido, pero el campeón comenzó una defensa macarra que terminó en choque con Norris cuando estaban en paralelo y dejando fuera de carrera al McLaren.
"No tenía por qué hacerlo. Simplemente no quería aceptar perder una sola carrera y nos ha sacado a ambos de la carrera", decía un Norris que probablemente vaya a dejar de ser tan amigo de Verstappen, y esperemos que también deje de poner la otra mejilla y de intimidarse cada vez que el holandés le acerca su Red Bull.
El caso es que la FIA solo sancionó a Verstappen con diez inútiles segundos que no sirvieron para nada, ya que acabó en la misma quinta posición en la que ya iba tras el pinchazo. Una penalización tibia, unida a un increíble 'unsafe release' perdonado, que hacen sospechar que la FIA no ha aprendido la lección y quiere seguir alimentando al monstruo.
Que a nadie sorprenda que en la próxima carrera Verstappen redoble la apuesta de su agresividad. Como dice Stella, "solo un grupo de personas, fans de Red Bull o de Verstappen, pueden no verlo como culpable".
