Cuando la Fórmula 1 llegó a Monza para el Gran Premio de Italia de 1966, el título estaba prácticamente decidido tras una temporada en la que Jack Brabham había estado muy sólido. Además, su único rival, John Surtees, había tenido una temporada particularmente convulsa con cambio de equipo incluido. Tras la marcha de Surtees, Ferrari se tomaría la revancha con un doblete protagonizado por Ludovico Scarfiotti y Mike Parkes.
Surtees había empezado la temporada con Ferrari, equipo con el que se había proclamado campeón en 1964. Desafortunadamente, el año 1965 había sido complicado, lleno de decisiones técnicas erróneas que habían dificultado la relación entre piloto y equipo. Pero a pesar de la mejora en 1966 y contar con un coche que le permitiría luchar por el título, Surtees abandonó la escuadra tras una discusión acalorada con Enzo Ferrari, pasando a competir para Cooper.
Surtees apenas duró dos carreras en Ferrari, firmando la única victoria del equipo hasta el momento, mientras que en Cooper languidecía con un coche poco fiable que solo le había permitido llegar a ver la bandera de cuadros en una carrera, siendo segundo en el Gran Premio de Alemania. Solo Surtees y Graham Hill podían optar a impedir el título de Brabham, que llegaba a Monza tras cuatro victorias seguidas.
Monza era un circuito aún más rápido en 1966 que hoy en día y la parrilla de salida tenía a tres de los potentes Ferrari entre los cinco primeros clasificados, incluyendo los dos primeros. Mike Parkes con la pole position y Ludovico Scarfiotti en segunda plaza. Jim Clark era tercero, con John Surtees cuarto y Jack Brabham sexto. Graham Hill partía desde la undécima posición y rompió el motor en el primer giro.
Monza era una carrera de debuts de motor (lógico con la importancia que este elemento tiene siempre en este circuito) con la llegada de tres propulsores nuevos a la Fórmula 1. El primero de ellos, el BRM H16 que montaba el equipo homónimo. También en Monza llegó el nuevo Honda con su primer motor de 3000 centímetros cúbicos; el RA273 que pilotaba Richie Ginther. El tercer motor en debutar era el Weslake del equipo Eagle de Dan Gurney.
En la salida, Lorenzo Bandini se situó justo por detrás de Mike Parkes con los dos Ferrari marcando el ritmo. Tras el abandono de Hill, pronto siguieron Jo Bonnier, Jackie Stewart, Dan Gurney y Jack Brabham. Todos ellos con problemas relacionados con el motor (fugas de aceite, acelerador o el bloque del motor en sí). Monza, siempre duro para los propulsores y aún más para motores poco potentes que se exprimían al máximo como el Repco de Brabham.
Otro protagonista del día fue Richie Ginther, que a bordo de su nuevo Honda sufrió un aparatoso accidente del que tuvo suerte de salir ileso. El coche no tuvo tanta suerte y evidentemente tuvo que abandonar. Por delante, Ludovico Scarfiotti había progresado poco a poco hasta tomar la cabeza de carrera mientras que su compatriota Lorenzo Bandini había seguido el camino opuesto mientras su coche empezaba a fallar. Acabaría abandonando por problemas de ignición.
También Surtees tuvo que abandonar con una fuga en el depósito. Por delante, los Ferrari quedaban casi en solitario, solo con Denny Hulme como rival serio en la lucha por la victoria. Scarfiotti tenía una ventaja segura sobre el grupo perseguidor y tras las 68 vueltas de gran premio, se convirtió en el primer italiano en ganar en Monza para Ferrari desde Alberto Ascari en 1952. Por detrás, Mike Parkes completaba la celebración de los tifossi superando a Hulme por medio segundo.
El neozelandés era tercero, incapaz de batir a los Ferrari con su potente motor en su circuito de casa. Pero quien sí tenía motivos para alegrarse era Jack Brabham, que con los resultados de la carrera quedaba coronado como campeón del mundo de 1966. Jochen Rindt era el único rival por el título que había terminado la carrera y no había sumado los puntos suficientes, con lo que Brabham se convirtió en el primer (y único) piloto en coronarse como campeón del mundo con un coche de su propio equipo.