Cada vez que llega el Gran Premio de Japón y volvemos a Suzuka, mis mejores recuerdos de Formula 1 vuelven a mi cabeza. No hablo solamente de los famosos rifi-rafe de Prost y Senna en la década de 1980. Hay más, en Suzuka se encuentran algunas de las curvas más emocionantes y exigentes de todo el mundial, y si sumamos a eso la estrechez de la pista en comparación con la velocidad a la que se acometen giros como el de derechas tras la meta, los pelillos del cogote se ponen todavía más tiesos.
Ver los monoplazas negociar las 'S', la subida por la curva Dunlop, el brusco giro en Degner y el paso por debajo del puente camino de la horquilla... eso es lo que recuerdo, la emoción de un circuito hecho para la competición. Como todos, pero Suzuka es diferente. Es de los circuitos más completos en cuanto al diseño, a la "cuerda". Suzuka, Spa, circuitos interesantes en seco o bajo la lluvia. Y ahora nos toca Suzuka.
Suzuka es un circuito a la vez clásico y moderno. Es clásico para los que llevan siguiendo la formula 1 desde finales de los 80, pero en realidad es moderno porque precisamente se incluyó en el calendario de la F1 en 1987. Su construcción data de 1962, obra del por entonces "diseñador oficial de circuitos" John Hugenholz, y cuenta con un diseño interesante, en '8' (o 'infinito' que me gusta más: '∞') gracias al puente que hay que cruzar antes de la impresionante curva 130R.
Es un circuito principalmente de piloto, aunque a día de hoy si el monoplaza no tiene una buena eficiencia aerodinámica no hay nada que hacer. Por ser un circuito de piloto es básicamente un circuito divertido, repito que la parte correspondiente al primer sector, entre la recta de meta y la salida de la curva Dunlop es para mi la mejor parte de la pista. Es la más técnica gracias a esa primera curva de doble ángulo que se ataca en bajada, que nos lleva después a las 'S', enlazadas sin descanso mientras subimos y bajamos hacia la curva Dunlop.
Esa curva Dunlop (no se por qué, pero Dunlop siempre "compra" las mejores curvas) es un giro a izquierdas, de radio ligeramente variable y que se acomete a través de una espectacular subida que hace que la curva sea ciega. Insisto en que ese primer sector es sencillamente inigualable. El segundo sector no es manco tampoco, pero en él destaca básicamente la horquilla que da paso a la gran curva trasera, la 12, y también destacan las curvas 13 y 14. La horquilla es un punto crítico porque tener una muy buena tracción a su salida es vital para afrontar la siguiente parte, muy rápida.
Al llegar a la curva 13 los monoplazas llegan a mucha velocidad, y estas dos curvas enlazadas a izquierdas son realmente especiales: el apoyo aerodinámico aquí es crucial antes de afrontar la larga recta que nos llevará a la 130R, es básico que, además de ese apoyo en el que confiar ciegamente, la curva 14 se trace perfecta para no comprometer la velocidad punta. Y qué decir de la curva 130R. Nada mejor que ilustrar ese punto con un vídeo que ya es clásico:
La última parte del circuito es sin duda excitante. Es trepidante, mejor dicho. Saliendo de la 130R (veremos, pero posiblemente este año pueda negociarse con el pedal a fondo, me extrañaría que no fuese así) a toda velocidad encaramos la terrible chicane que precede a la meta. Este punto es sin duda muy complicado por varios motivos, y el primero es la salida de la chicane. La salida va primero porque es en donde no se puede fallar, a menos que queramos ver cómo al final de la recta principal nos acosan para adelantar (con dos narices).
La entrada a la chicane se hace en curva, por tanto la posición en la que queda el monoplaza a la hora de trazar ya es de por sí más complicada de lo normal, y más sabiendo que como se deje un hueco, siempre habrá alguien deseando llenarlo. Sin duda un circuito muy interesante, muy cansado, muy bonito y un circuito que esperamos seguir disfrutando muchos años, aunque sea difícil de mantener.
Un reto para los neumáticos
El setup consiste tradicionalmente en una puesta a punto de alta carga aerodinámica, y ese es el motivo por el que los neumáticos sufren mucho en esta pista. Las altas cargas aplastan los neumáticos contra la pista como si ni hubiese mañana, y además la combinación de curvas, los cambios de dirección, las frenadas... ejercen mucha presión sobre ellos, específicamente las fuerzas laterales serán aquí más evidentes.
En Suzuka es clave que los pilotos sean muy cuidadosos con los neumáticos, y a priori podemos decir que un piloto amable con los neumáticos le sacará mucho más partido a cada juego en cada stint. Ahora a hacer las predicciones...
En Motorpasión F1 | Gran Premio Japón Formula 1 Foto | machu