El campeonato del Mundo de Fórmula 1 llega este fin de semana a uno de los circuitos que tradicionalmente regala unas carreras de lo más interesantes: el circuito Gilles Villeneuve de Montreal. Una pista antagónica a la de Mónaco, donde las largas rectas y las configuraciones de baja carga aerodinámica son la nota predominante.
La pista semiurbana de Canadá es uno de lo circuitos más rápidos del calendario, y el primer trazado del año con estas características. Los equipos tendrán que esmerarse fundamentalmente en tres aspectos absolutamente necesarios para que los pilotos puedan atacar con confianza cada metro del Gilles Villeneuve: la frenada, la tracción y, cómo no, la velocidad punta.
Los frenos en el punto de mira
En Canadá son ya un clásico los abandonos por problemas en los frenos. En esta pista se sobrepasan hasta en cuatro puntos diferentes del trazado los 300 km/h de velocidad punta, y las frenadas posteriores suelen ser muy fuertes para entrar a chicanes y curvas lentas, generando un estrés importante en los frenos. En total hay hasta 7 frenadas fuertes en cada vuelta, y el desgaste de los frenos va a ser uno de los quebraderos de cabeza de los equipos.
Tampoco hay que olvidar el esfuerzo que deben sufrir los motores en un trazado en el que casi el 70% de la vuelta se va a fondo. Sin duda, la potencia que sean capaces de entregar pueden marcar diferencias notables en las rectas, aunque habrá que vigilar muy de cerca el consumo en una pista con datos elevados en ese aspecto.
Tracción y agarre mecánico
Por último, hay que destacar la importancia de la tracción a la salida de esas curvas lentas, que por norma general conducen a una nueva recta. Es un factor clave traccionar bien en un asfalto con poco grip, máxime cuando casi la mitad de las curvas (6) son de segunda velocidad.
Para ayudar a conseguir ese agarre mecánico clave en Montreal, Pirelli lleva a Canadá sus compuestos más blandos de la gama, los superblandos y los blandos. Vista la duración de estos neumáticos en Canadá, no sería sorprendente ver estrategias a una única parada. En cualquier caso, habrá que estar muy atento a la probable salida del Safety Car, pues los muros cercanos a la pista pueden jugar malas pasadas si cualquiera comete algún fallo de pilotaje.
Entre los puntos clásicos del trazado hay que destacar la famosa horquilla (curva 10) que da acceso a la recta de meta, "cortada" únicamente por la chicane del mítico Muro de los Campeones. Esa horquilla es un buen punto de adelantamiento, como hemos visto otros años, y en su defecto trazarla bien puede ser clave para preparar un posterior adelantamiento en la posterior recta, en la que los pilotos dispondrán de DRS, si la tracción a la salida de esa curva es buena.
