No es la primera vez que sale a debate cómo se están haciendo las cosas en la Fórmula 1, y probablemente tampoco será la última. El pasado martes Autosport filtraba el calendario de pretemporada para 2016, y sorprendentemente vuelven a recortarse aún un poquito más los días en pista que tendrán los monoplazas.
Para 2016, sólo se disputarán dos sesiones de test, ambas en el Circuit de Catalunya, repartidas del 1 al 4 de marzo y del 15 al 18 del mismo mes. De este modo, los equipos tendrán exactamente 8 días para llevar a cabo un apretado programa de desarrollo que les conduzca al primer Gran Premio del año, el 3 de abril en Australia, con unas mínimas garantías.
Desaparecen además las jornadas de test durante la temporada. Vamos a disfrutar en 2016 del calendario más amplio de toda la historia de la Fórmula 1, pues en su versión provisional aparecen 21 carreras, y como contrapunto los equipos van a tener también la pretemporada más reducida en días de test en pista. Un sinsentido desde mi punto de vista.
¿Cómo mejorarán los equipos si no pueden probar en pista?
Considero que este tipo de medidas no ayudan en absoluto a mejorar el espectáculo de la competición. Los equipos necesitan probar en pista unos coches que no dejan de ser prototipos nacidos sobre una base absolutamente conceptual. Si no se permite la mejora en pista en base a kilómetros de rodaje, las distancias entre los equipos van a ser muy difíciles de reducir.
Si los equipos no tiene días para desarrollar sus monoplazas en pretemporada, y además tienen problemas para rodar en los libres por una cuestión de la obligada duración de los diversos componentes mecánicos de los monoplazas, ¿cómo se espera que equipos o motoristas nuevos, como estamos viendo con Honda este año, se pongan al día? ¿Cómo esperan que Ferrari o Williams recorte las distancias con Mercedes? Si limitas el desarrollo y el progreso, que es lo que se consigue en cierta manera limitando los test, estás favoreciendo que todo siga más o menos como ahora.
Para terminar, me gustaría lanzar una propuesta que me parecería de lo más acertada: ¿y si los días de test que estuvieran a disposición de cada equipo en pretemporada tuvieran una vinculación con la clasificación de la temporada anterior? Si Mercedes arrasa, y por lo tanto tiene una base mejor al resto, tendrá menos días de tests para desarrollar su monoplaza de la temporada siguiente, mientras que los perseguidores tendrán días extras en función de la distancia para así ayudar a que se acerquen en cuanto a prestaciones. Y no, no es una cuestión de costes, porque incluso a los equipos más pequeños les viene bien tener más días de test ya que pueden "vender" el asiento para esos días.
Se pueden hacer mil cosas diferentes, pero lo último que debe imponerse en la Fórmula 1 es impedir que los coches rueden en pista.