El Gran Premio de Azerbaiyán dejó muchos perdedores. Ferrari es el más claro, en especial Charles Leclerc, pero hay uno que no debería pasar por alto: la propia organización de la carrera. Y es que el espectáculo en Bakú rozó por momentos lo dantesco, con comisarios muy poco especializados y errores de bulto.
La organización fue pésima en muchos sentidos, y el debate se vuelve a abrir acerca de la idoneidad de traer la Fórmula 1 a países como Azerbaiyán, sin ninguna tradición y con una alarmante falta de preparación entre sus comisarios. Y en el horizonte espera el Gran Premio de Vietnam, que debutará en 2020.
Las alcantarillas estaban sueltas en los libres
El desastre comenzó en los primeros entrenamientos libres. Al parecer la organización olvidó sellar las tapas de alcantarilla del circuito, ocasionando una situación muy peligrosa. Charles Leclerc levantó una de ellas al paso de su Ferrari, y George Russell se la llevó por delante. Afortunadamente el piloto británico no sufrió daños, pero destrozó el fondo plano del Williams.
Russell no pudo participar en los segundos libres y Williams, un equipo que estaba escatimando en repuestos por su grave situación económica, tuvo que encargar un chasis completamente nuevo por el destrozo. Ahora el equipo tendrá que pelear para que sea la Fórmula 1 quien asuma el coste. Para colmo, todos los entrenamientos libres 1 tuvieron que ser suspendidos cuando quedaban casi 70 minutos.
Dejar suelta una tapa de alcantarilla es un error muy grave y peligroso, especialmente en un circuito urbano. Ya en Mónaco, en 2016, Jenson Button chocó frontalmente con una, que sí había sido sellada pero se escapó, causando un gran estropicio en el coche. Ese día Button tuvo suerte, ya que un golpe más alto podría haber sido muy dañino para él.
El espectáculo prosiguió mientras los comisarios trasladaban el coche de Russell a boxes en una grúa. El operario encargado de la maquinaria no se percató de que era más alta que el puente publicitario que atravesaba el circuito, chocando contra él y destrozando el brazo hidráulico de la grúa, lo que además llenó el Williams de aceite.
La faena se completaría el sábado, durante la clasificación, cuando los accidentes primero de Robert Kubica y después de Charles Leclerc dañaron las barreras de protección de la curva 8. La sesión tuvo que ser parada más de media hora en ambos casos para proceder a la reparación, yéndose el tiempo de la clasificación a las dos horas, más larga que la carrera.
Ante este panorama, suerte tuvieron desde la organización de que la carrera fue la más aburrida de las que se han celebrado en Bakú. Sin accidente, sin apenas avería,sin lluvia... una carrera limpia y llana para aburrimiento del aficionado y alivio de los comisarios, que pudieron tomarse un respiro ante tal arreón.
Dos comisarios fueron atropellados en la Fórmula 2
Pero el desastre no se limitó a la Fórmula 1. En la Fórmula 2 dos comisarios fueron arrollados por Sean Gelael mientras trataban de empujar su coche durante los entrenamientos libres. El indonesio se había quedado parado y finalmente fue castigado con salir último por acelerar mientras le remolcaban en la curva 7.
Luego en carrera, no se pudieron agotar los giros y se tuvo que dar el banderazo a cuadros por tiempo. Hubo varios accidente, ninguno en un punto especialmente comprometido, como la curva 8, pero los comisarios tardaron un mundo en retirar los coches de la pista, algunos incluso sin haber impactado contra nada.
Choques de la grúa, mecánicos vaciando un extintor en el suelo, el coche de Daniil Kvyat ardiendo durante los entrenamientos libres mientras nadie se acerca a apagarlo... el Gran Premio de Azerbaiyán ha vuelto a abrir el debato sobre si es correcto visitar países sin tradición y, sobre todo, sin formación.
Además, para completar la apariencia de artificial, chocó una imagen que está dando vueltas entre los aficionados de la Fórmula 1 después de la carrera. La de unos operarios retirando lonas gigantes que daban la apariencia de edificios, de circuito urbano, donde en realidad no había nada. Un Matrix a la azerbaiyana que ha sido el colofón a un Gran Premio diferente.