En ocasiones las inversiones salen mal, y no toca sino admitirlo. Eso le ha pasado a Ford, quienes en su última presentación de resultados trimestrales han declarado pérdidas por 3.110 millones de dólares (unos 2.952 millones de euros al cambio)
En el comunicado que acompaña al balance, la firma del óvalo achaca como causa principal de estos números rojos la caída en el valor de las acciones que posee en Rivian Automotive. Según los cálculos de su departamento económico, dicha caída supone por sí sola una pérdida de 5.400 millones de dólares (5.125 millones de euros)
Por el momento, Ford no ha manifestado intención alguna de deshacerse de su posición mayoritaria en Rivian, cuyo paquete representa un 12 % del total de las acciones de la marca californiana.
Un prodigio que no levanta cabeza
Considerada una de las startup mejor financiadas del mundo, Rivian no ha tenido un buen inicio de año. La marca sufrió en enero un varapalo en la bolsa estadounidense, perdiendo cerca de 75.000 millones de dólares (71.239 millones de euros) en valor de mercado tras conocerse el acuerdo entre Stellantis y Amazon para el suministro de furgonetas eléctricas.
Dicho trato fue interpretado de alguna manera por los inversores como un fracaso de la Electric Delivery Van (EDV), la furgoneta de reparto que Rivian desarrolló ex profeso para el gigante del comercio electrónico.
Asimismo, de cara a su clientela, la firma norteamericana tiene por delante una batalla en los tribunales después de subir los precios de los R1T y R1S en más de 10.000 dólares. Esta subida, anunciada en marzo a través de correo electrónico, provocó el enfado de sus clientes más fieles quienes llevan esperando por sus SUV y pick-ups desde 2018.
Una carta firmada por el propio CEO RJ Scaringe y una rectificación frenaron en parte lo que se convirtió en una avalancha de cancelaciones en los pedidos. Sin embargo, uno de los accionistas de la compañía consignó una denuncia ante el Tribunal de Distrito de EEUU en San Francisco, afirmando que los precios originales de los modelos fueron determinados de forma intencionada por debajo de su valor real de mercado.
Por último, y al igual que el resto de fabricantes en todo el mundo, la producción de Rivian se ha visto severamente afectada por la escasez de semiconductores y cables, generada por los efectos de la pandemia y el conflicto ucraniano en las cadenas de suministro. Algo que está ralentizando las esperadas entregas de sus modelos.