La industria del automóvil quiere ir más allá. Hasta ahora, los esfuerzos de las marcas se dirigen a aumentar las posibilidades de configuración que el conductor desea, pero tiene que ser este el que le indique al vehículo que es lo que quiere. El siguiente paso es que sea el propio coche el que adivine lo que necesitamos.
Los primeros intentos en este sentido se centran en detectar el grado de atención del conductor, de manera que un sistema nos alerte de que nos estamos quedando dormidos (Anti Sleep Pilot). Pues bien, Ferrari, quiere dar el siguiente paso, y a juzgar por sus patentes pretende que sus vehículos analicen por completo a sus respectivos conductores.
De esta manera, los vehículos de la casa italiana serían capaces de medir desde la presión sanguínea, hasta la actividad cerebral, el ritmo de la respiración o la actividad visual. De esta manera el coche sería capaz de modificar algunos parámetros para adaptarse a nuestras apetencias, por ejemplo cambiado el modo de conducción.
Según Ferrari, los conductores tienden a sobrestimar sus capacidades, y no tienen en cuenta su estado metal, de manera que seleccionan modos de funcionamiento para los que no están preparados. Este sistema adecuaría los diferentes modos de conducción a nuestras capacidades.
Lo cierto es que los estados de ánimo influyen mucho en nuestra forma de conducción. Idealmente, para conducir debemos estar tranquilos pero atentos, y si el coche puede contribuir a alcanzar ese estado, será una gran aportación a la seguridad. A más de uno le vendría bien que su coche sintonizara una emisora más tranquila cuando conduce…
Vía | Autoblog
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