Está siendo un año muy revuelto para el sector de la automoción, tanto a nivel global como en nuestro país. La crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19, que ha afectado a tantas industrias, no podía hacer una excepción con uno de los propulsores de nuestra economía.
Sin embargo, esta ha sido solo una piedra más en el camino de nuestra industria, que ve como peligra su posición de liderazgo ante los nuevos retos de movilidad. Es por eso que urge promover un nuevo impulso en el mercado del motor.
Un plan que involucre a todos los jugadores del equipo
El Gobierno de España ha puesto en marcha una iniciativa que lleva la extensa y profusa denominación de Plan de impulso a la cadena de valor de la industria de la automoción: hacia una movilidad sostenible y conectada. El nombre ya supone una declaración de intenciones: involucrar a todos los elementos del sector del motor y apoyar decididamente al modelo de vehículo ecológico y eficiente.
Para la primera cuestión, el Gobierno ha pedido la colaboración de sindicatos y patronales de la industria para la elaboración de este Plan. Las medidas planteadas (20 en total) tocan todos los palos: economía, fiscalidad, legislación, competitividad, formación y cualificación, compra pública y planificación estratégica.
En cuanto a la movilidad sostenible, las diversas medidas se concretan en tres pilares fundamentales: reducir las emisiones contaminantes, rejuvenecer el parque automovilístico del país y aumentar la competitividad de las empresas con la renovación de su flota. El Plan plantea un claro escenario de transición, cuyo objetivo es lograr la descarbonización de la automoción y la transformación digital de los elementos de transporte.
Cuenta con un presupuesto total de 3.750 millones de euros. De ellos, se tiene previsto ejecutar antes de terminar este año más de 1.500 millones en acciones de efecto rápido. El resto, algo más de 2.200 millones, serán financiados con fondos europeos y supondrán medidas a medio y largo plazo que consoliden el impulso tomado en los primeros meses del Plan.
Defender el liderazgo en el sector de la automoción
España tiene motivos para sacar pecho de su industria automovilística, el tercer sector más importante del país. Sobre el papel, podemos afirmar que somos el 2º mayor fabricante de automóviles de Europa (primero en el segmento de vehículos comerciales), aunque hemos bajado a la 9ª posición a nivel mundial. La automoción también es el primer sector exportador de nuestro país: el 82 % de los vehículos fabricados salen de nuestras fronteras.
Todo ello es posible gracias a que las principales marcas de automoción están presentes en España (a pesar de los recientes casos de cierre), con 17 plantas de fabricación de automóviles instaladas en suelo español.
La importancia de la automoción es debida especialmente al efecto tractor que tiene en otro tipo de industrias complementarias. El Plan de Impulso destaca la fabricación de componentes, bienes de equipo o logística y transporte. Además, su potencial exportador ayuda a otras industrias relacionadas, como la siderurgia o el refino de petróleo.
El objetivo de este proyecto es que las empresas españolas de todos los sectores implicados puedan dar respuesta con sus propios medios a las necesidades que nos plantea el futuro de la movilidad (electrificación del transporte, movilidad sostenible, reordenación de los espacios urbanos…). Y busca, asimismo, fomentar la participación de pequeñas y medianas empresas fuertemente digitalizadas, productivamente sostenibles y competitivas en los mercados internacionales.
España se descuelga del pelotón de la movilidad eléctrica
No obstante, la industria española presenta luces y sombras en cuanto a movilidad eléctrica. A pesar de que España es el primer productor de motocicletas eléctricas de Europa, estamos a la cola en cuanto a fabricación de automóviles eléctricos. Aunque se prevé que sean 15 los modelos de BEV que salen de nuestras plantas, actualmente solo son 5. Que además el 82 % de las unidades sean para exportación da una idea de la baja demanda que tienen estos vehículos en el mercado doméstico.
Otra historia es la industria de la infraestructura de recarga (bienes de equipo y electrónica de potencia), que cuenta con una aportación nacional de entre el 70 % y el 90 %. Sin embargo, esta cifra contrasta con la escasa red de puntos de recarga instalados en nuestras carreteras, lo que lastra el resto de la industria. España es el sexto país europeo en número de puntos de carga, pero muy por detrás del resto de países de nuestro entorno. Apenas tenemos 9.000 de los 203.000 cargadores públicos repartidos por toda Europa.
Una última industria relacionada, el de las baterías eléctricas, podría cobrar más protagonismo con el refuerzo necesario. Se trata de un elemento clave y fundamental en la automoción eléctrica, y su peso en el mercado puede ser aún mayor que el de los propios vehículos eléctricos.
Actualmente, España podría estar perdiendo el tren de la fabricación de baterías (en general toda Europa, teniendo en cuenta que solo fabrica el 3 % de la producción mundial). Sin embargo, los yacimientos de litio encontrados en la provincia de Cáceres podrían dar a España la segunda mayor mina de este material en toda Europa. Y, por tanto, un papel destacado en la fabricación de baterías, de las cuales ya existen proyectos en la región extremeña.
Toyota, nuevos vehículos electrificados en nuestro país
Toyota, como empresa pionera en la fabricación de vehículos electrificados y con más de 10 modelos previstos en el mercado español para 2021, no ha quedado indiferente al lanzamiento del Plan de Impulso. Miguel Carsi, presidente de Toyota España, reconoce la importancia de las medidas planteadas porque supondrán la atracción de nuevas inversiones y proyectos a nuestro país.
Por ejemplo, Toyota ha decidido fabricar su nuevo vehículo comercial Proace City en Vigo, al que podría seguir pronto su versión 100 % eléctrica. También es significativo la futura llegada al mercado español de varios híbridos enchufables, como el recientemente lanzado Prius Plug-in y el RAV4 Plug-in, que llegará a lo largo de 2021. Estos modelos podrían tener un futuro brillante con la dinamización de la industria que plantea el Plan de Impulso.
En general, Toyota piensa que el apoyo del Gobierno a la industria es siempre una buena noticia. En palabras del propio Carsi, ayudará a renovar el parque automovilístico español (que actualmente es de 12 años de edad media) y a apostar por tecnologías de propulsión más eficientes y respetuosas con el medioambiente.
Imágenes | PXHere, Prensa Toyota, Pixabay/thaianeoliveira, PXHere
