Según un estudio a cargo de la Agencia Europea de Medio Ambiente nuestro país no sólo no ha descendido en sus emisiones de CO2 a la atmósfera sino que, para más inri, las ha incrementado. Exactamente al contrario que el resto de grandes países de la unión de los 27.
El año pasado España emitió 300 millones de kilos más que en 2010. La cifra, lejos de ser una preocupación únicamente medioambiental, afecta gravemente también al bolsillo del estado y, por tanto, al de los contribuyentes. Y es que, por poner un ejemplo, en 2010 se pagaron 420 millones para comprar excedentes por superar las cifras que se marcaron en el Protocolo de Kioto.
La mecánica híbrida, ahorro y calidad de vida.
Si la necesidad de acabar con la contaminación acústica y las nubes de polución sobre grandes ciudades no es suficiente, entonces pensemos cuanto podríamos ahorrar si apostáramos seriamente por mecánicas más limpias para uno de los sectores que tiene el dudoso honor de aportar buena parte del CO2, el tráfico.
Aunque ya es una realidad presente en nuestro día a día, los híbridos aun pueden hacer mucho más por nuestra salud.
En este sentido ciudades como Madrid empiezan a notar cifras realmente positivas, como ser una de las comunidades en las que los coches matriculados registran una media de emisiones más baja en la Península. En la capital, un coche nuevo emite 128 gramos por kilómetro recorrido, mientras que en Canarias o Cataluña esa cifra es de 134 gramos.
No obstante, queda mucho camino por hacer. Un coche híbrido como el Toyota Prius emite 89 gramos por kilómetro recorrido de media, pero cuando circula por debajo de 50km/h la emisión es redonda, es decir, cero.
Visto lo visto es indudable que es necesaria una fuerte inversión en este sector que, a largo plazo, ayude a reducir considerablemente las emisiones de CO2 al medio ambiente y, eventualmente, logre rebajar las cifras del país y ahorre la compra de excedentes ahora que tan necesario se ha vuelto recortar.
Siguiendo con la capital, a partir de 2014 no se concederán más licencias a taxistas cuyos vehículos superen los 160g de CO2 por kilómetro recorrido. Y, además, para 2020 estará prohibido que circulen taxis que superen esta cifra. Estas pequeñas medidas, en conjunto, ayudarán a que en un futuro cercano podamos disfrutar de una ciudad más silenciosa y limpia y, de paso, ahorrar unos cuantos millones.