Antes de que aparezcan en el conductor los signos evidentes de fatiga, cansancio o sueño, el cuerpo nos da unos cuantos avisos. Al volante uno no se duerme de forma repentina y esos avisos nos dan un mensaje claro: ¡Para el coche y descansa!
Combatir el sueño es un error, una batalla perdida, en esta lucha muchos conductores aumentan la velocidad, otros bajan las ventanillas para que entre aire fresco y otros suben el volumen de la radio… Pero a todo se hace el cuerpo, nos dormiremos, y saldremos de la carretera con la música a más alta, con las ventanillas bajadas o a mayor velocidad.
Muchos conductores son testarudos, y aun así tratan de vencer al sueño. Uno de los momentos más críticos en un viaje es cuando ya estamos llegando, en esos instantes es cuando el conductor “apura” y la llegada inminente al destino hace que ni siquiera se plantee parar a descansar.
Un microsueño de 130 peligrosos metros
Los primeros síntomas del sueño son variados y afectan a todos los sentidos, pestañeamos más veces, se nos “cae” la cabeza, nuestra boca se seca, la presión que ejercemos con nuestras manos sobre el volante disminuye, se nos nubla la vista y sobre todo nuestra conducción se convierte en errática.
Tardamos mucho más tiempo en asimilar la información. ¿Te has dado cuenta que cuando estás cansado, pasas mucho más tiempo mirando por los retrovisores? ¿Alguna vez a pesar de tener los ojos abiertos has notado que estabas dormido? A este último fenómeno se le denomina “microsueño”.
LOS "MICROSUEÑOS" SON LA ANTESALA DEL SUEÑO, ANTE EL PRIMER SÍNTOMA LO MEJOR ES PARAR Y DESCANSAR
Los “microsueños” son sueños rápidos y cortos. ¿Cuánto? De unos 3 a 5 segundos, pero en los que si vamos a 100 kilómetros por hora, podemos haber recorrido unos 130 metros.
Tecnología al servicio del conductor
Pero, ¿puede la tecnología convencer a estos conductores de que uno no está para conducir en esas condiciones?, ¿podríamos tener una segunda oportunidad?
Cada vez son más los sistemas que incorporan los vehículos y que actúan a modo de aviso o actuando directamente sobre el vehículo para evitar el accidente.
Que el conductor no pierda información de la señalización, no desvíe su trayectoria y evite alcances y colisiones, son algunos de los principales objetivos de estos sistemas. Se trata de ayudar y asistir al conductor para que salga de una circunstancia peligrosa, pero sobre todo, avisarle de que si estos sistemas llegan a funcionar, lo mejor que puede hacer es detenerse y descansar.
LA TECNOLOGÍA OFRECE UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA EVITAR ALCANCES, SALIDAS DE VÍA O ATROPELLOS
El Toyota Safety Sense que equipan hoy en día los vehículos de Toyota es un completo sistema que incorpora la acción de cuatro dispositivos, y que buscan los siguientes objetivos:
Mantenerse en el carril
La conducción errática y los desvíos en la trayectoria son claros síntomas de fatiga. El actual diseño de las carreteras con largas rectas y curvas de gran radio puede llegar a resultar monótono y producir somnolencia en el conductor.
Evitar una posible salida de vía o invasión de otro carril de forma involuntaria, algo que se da cuando nos quedamos dormidos, es el principal objetivo del LDA (Lane Departure Alert) o Alerta de cambio involuntario de carril.
Este sistema avisa al conductor cuando su coche se desvía de su carril. Una cámara situada en el vehículo detecta la posición del vehículo respecto a las marcas viales, y cuando el sistema detecta que se produce una desviación de forma involuntaria, se avisa al conductor con una alarma sonora y visual.
Evitar alcances
El alcance es el accidente que se produce al colisionar con la parte trasera del vehículo que va delante de nosotros y que por llevar una distancia de seguridad insuficiente produce que, en caso de frenazo, podamos colisionar contra él.
El PCS (Pre-Crash System) también se vale de una cámara y una serie de sensores láser que detectan los vehículos que tenemos delante. Cuando se detecta la posibilidad de una colisión, se alerta al conductor mediante avisos sonoros y visuales y se activa la asistencia de frenado.
En el caso de no frenar a tiempo, se activarán los frenos de forma automática para evitar, o minimizar la colisión.
Mejorar la visión nocturna
No cabe duda que la noche es el gran aliado del sueño, nuestra principal fuente de información cuando conducimos es la visual. Nuestra capacidad visual se ve muy mermada durante la horas nocturnas, intentar mantener en todo momento el campo visual más amplio requiere al conductor un importante esfuerzo cambiando de luces cortas a largas en función de si hay curvas, tráfico de frente, alumbrado público, etc…
El sistema AHB (Automatic High Bean) o Control Inteligente de Luces de Carretera, hace este trabajo por nosotros. Gracias al AHB la visión nocturna del conductor será la mejor en cada momento, en función del tráfico y las condiciones de la vía.
La cámara detecta las luces de los vehículos que circulan en sentido contrario y de los que nos preceden, al tiempo que controla el brillo del alumbrado público. El sistema cambia automáticamente entre luces largas y de cruce, para tener en todo momento la mejor información de la carretera.
No perdernos ni una señal de tráfico
La fatiga y el cansancio producen una importante merma en nuestra capacidad de atención, cuanto más cansados estamos, más nos cuesta darnos cuenta de lo que nos rodea, y sobre todo procesar correctamente esta información.
Perder la información que nos proporciona una señal de tráfico puede resultar fatal, por este motivo, nuestro vehículo nos va a informar de las señales. El RSA (Road Sign Assist) o Asistencia de Señales de Tráfico, se va a encargar de analizar la señalización que exista y mostrarla en una pantalla TFT que se encuentra en el salpicadero de nuestro coche. Este sistema también emite señales visuales y sonoras para asegurarse de que respetamos la señalización.
¡Ojo con los peatones!
Un despiste en ciudad puede resultar fatal para un peatón, en estas circunstancias entra en juego el sistema que integra el Sistema Precolisión con el de detección de peatones. Este sistema detecta la presencia de peatones en la trayectoria del vehículo y actúa sobre la dirección asistida y el sistema de frenado para evitar que se produzca un accidente.
Asegurar la atención del conductor
Ya en el año 2006 Toyota introdujo en algunos modelos el “Driver Attention Monitor”, este sistema utiliza sensores de infrarrojos para controlar la atención del conductor. El Sistema de Control incluye una cámara CCD colocada en la columna de dirección que es capaz de realizar un seguimiento de los ojos a través de detectores de LED de infrarrojos.
Si el conductor no está prestando atención a la carretera y se detecta una situación de peligro, el sistema advierte al conductor mediante destellos de luz y sonidos de advertencia. Si no se toman medidas, el vehículo las tomará por el conductor, aminorando la velocidad y pudiendo llegar a detener el vehículo si fuera necesario.
Los conductores y el sueño
En el año 2015, dentro de la campaña “Despierta Europa”, la Sociedad Española del Sueño junto con la Dirección General de Tráfico, presentaron un informe realizado con unos 14.000 conductores europeos, en el que se llegaron a conclusiones tales como que el sueño ha afectado al 70% de los conductores europeos en más de dos ocasiones en los últimos dos años.
Según los datos del informe, alrededor del 4% de los conductores que confesaron sufrir somnolencia sufrieron un accidente grave al volante, el porcentaje se elevó al 30% cuando se contabilizaron los accidentes de menor entidad.
LA MITAD DE LOS CONDUCTORES APURAN AL MÁXIMO Y SOLO PARAN CUANDO ESTÁN AGOTADOS
El estudio sirvió también para desmitificar algunas ideas que tenemos preconcebidas, como el hecho de que el sueño únicamente aparece cuando se lleva mucho tiempo conduciendo, "De hecho, el estudio identifica dos periodos claros de somnolencia: el que abarca la primera hora de conducción y el que aparece una vez transcurridas más de cuatro horas al volante", indica Joaquín Terán-Santos, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Universitario de Burgos y representante español en el comité médico en el proyecto.
Por otra parte, según el informe sobre la influencia de la fatiga y el sueño en la conducción realizado por la Fundación CEA, en un estudio realizado a 743 conductores, el 71,65% de los conductores manifestó que en algún momento había sentido somnolencia al volante. Uno de cada dos conductores solo para a descansar cuando siente cansancio, y no de forma preventiva, y casi el 60% de los conductores que participaron en el estudio manifestó haber sufrido micro sueños en alguna ocasión.
Parece obvio que dormirse al volante no es una cuestión baladí, que es algo que nos puede ocurrir a todos y además las consecuencias son fatales. La tecnología nos puede ayudar a mitigar sus efectos, pero siempre, al menos de momento, es el conductor el último responsable de sobreexponerse a los riesgos.