Hoy ocupamos el asiento de atrás de nuestro coche y desde una altura un poco más baja de la habitual, lo que nos hace ver todo con una perspectiva diferente. Hoy trataremos de mirar a través de los ojos de nuestros pequeños.
¿Qué ven?, ¿cómo lo ven?, ¿qué esperan que les contestemos cuando nos preguntan aquello de cuánto queda para llegar? En definitiva, queremos ponernos en su lugar para entenderlos mejor y que podamos hacerles los viajes un poco más agradables.
A la hora de realizar un viaje con niños –y no tan niños–, sobre todo si el trayecto es largo, conviene tener una cierta planificación a nivel de “entretenimiento”. Es posible que sean unas cuantas horas las que tengamos que compartir en el espacio reducido que supone el habitáculo del coche y, además, algunos factores como el calor o el tráfico nos pueden hacer que el trayecto nos parezca todavía más largo. Conviene, por tanto, ser previsores.
Los tiempos de los niños
Sus tiempos son diferentes a los nuestros e influyen en su forma de actuar en un entorno cerrado y pequeño como puede ser el vehículo. A medida que se va produciendo el desarrollo cognitivo del niño, su capacidad de atención va aumentando. Si para un pequeño de tres años el tiempo medio que puede mantener la atención difícilmente superará los 10 minutos, a los 8 años se estima que este será de unos 30 minutos y, entre 10 y 12 años, los expertos hablan de un tiempo medio de unos 55 minutos.
Juegos y atención, dos cosas a tener muy en cuenta cuando circulamos con niños
Otro aspecto a tener en cuenta es el tiempo de juego. A la pregunta de cuánto tiempo deberían jugar los niños según su edad, la respuesta más adecuada sería: “todo el tiempo posible”. El juego para los menores es quizá la herramienta más valiosa de aprendizaje durante su crecimiento, la estimulación a través del juego les permite conocer mejor sus capacidades y potencia su desarrollo cognitivo.
Con estas dos premisas, la necesidad de jugar y sus tiempos de atención, tenemos que plantear nuestro viaje en familia.
El entorno, limitado y poco espacioso
Si hablamos de confort, el asiento trasero de un vehículo de hoy en día no tiene nada que ver con aquellos que ocupábamos los que ahora somos un poco más mayores. Bajo la perspectiva de la seguridad y la ergonomía, se han creado espacios más cómodos, pero al mismo tiempo la capacidad de movimiento se ha limitado muchísimo.
Estamos seguros de que muchos de los conductores con hijos, se acuerdan de sus viajes de pequeños: estirados en el asiento de atrás, jugando a peleas con los hermanos, sin parar de moverse... por no hablar de los asientos traseros con plazas ilimitadas… Todo, tan “divertido” como inseguro.
Ante la limitación de movimientos, aumenta las paradas de descanso
Todo eso actualmente es inviable, hoy cada uno ocupa su plaza, la seguridad es mucho mayor, pero la capacidad de movimiento es menor. Y esto para los peques es un auténtico problema. En consecuencia, hay que cuidar al máximo este entorno, garantizando una temperatura adecuada o evitando el sol directo para que los niños viajen cómodos. De igual forma, esa limitación de movilidad tenemos que compensarla con paradas más frecuentes en función de las necesidades de cada criatura.
La seguridad del desplazamiento
Antes de hablar de herramientas o soluciones para hacer el viaje más corto, conviene no dejar pasar algo importante. No olvidemos que estamos realizando un viaje en coche, que el conductor debe mantener su atención en todo momento y que la tranquilidad dentro del habitáculo contribuye a ello.
Diferentes informes han analizado la presencia de infantes como viajeros y las distracciones que pueden ocasionar al conductor. Un estudio australiano señaló que los niños distraen doce veces más que los teléfonos móviles. Asimismo, expertos del Centro de Investigación de Accidentes de la Universidad de Monash indicaron que un conductor podía apartar la vista de la carretera durante tres minutos y veintidós segundos durante un viaje de dieciséis minutos para atender a los menores en el asiento de atrás.
Concéntrate en la conducción y evita perder la visión de la carretera
Efectivamente, el momento más frecuente de distracción del conductor es cuando vigila a los niños girando la cabeza hacia los asientos traseros o los observa a través del retrovisor (76,4 %). Si bien, solo en el 10 % de los casos esto dura más de dos segundos.
Es decir, un ambiente tranquilo dentro del habitáculo contribuye sin duda a una mayor seguridad. Sé paciente, valora cada situación, pero no dejes que los nervios te lleven a actuar de manera irracional.
Paciencia y previsión
Antes de decirte cómo entretener a tus hijos, un consejo: es necesario que, si vas a afrontar un viaje con ellos, estés mentalizado. Si te subes a un coche y estás nervioso desde el primer kilómetro, trasladarás ese estado a tus acompañantes y te resultará mucho más complicado mantener un cierto orden dentro del coche.
En pocas palabras, mentalízate, busca la mejor hora para salir de viaje (si es posible, aquella en la que haya menos tráfico) y ten en cuenta otros aspectos como la temperatura o los lugares donde podáis parar a descansar y reponer fuerzas. Elige sitios de descanso que sean aconsejables para los niños. Una buena opción es salir de la ruta y buscar un parque en una localidad cercana, algo que seguramente resulte más relajante que otras opciones y permita a todos desconectar un poco.
En lo relativo a la conducción, procura huir de maniobras bruscas, conduce de forma suave y constante. Además de garantizar un viaje más placentero, puedes evitar mareos o vómitos inesperados de tus acompañantes.
Entretenimiento, ir de menos a más
En un viaje, más todavía si este es largo, conviene no sacar toda la artillería al principio, es decir, deja para el final las opciones que más fácilmente atrapan su atención. Si en un trayecto de cinco horas pones una película en el minuto uno, al cabo de dos o tres, entretenerlos va a ser una tarea casi imposible.
El inicio del trayecto es ilusionante para todos, trata de hacérselo ver a tus hijos
Los niños también deben ser pacientes; eso es algo que hay que entrenar y requiere un esfuerzo de los padres. ¡Nadie dijo que era fácil!
Al comienzo del recorrido estamos –o deberíamos estar– todos más descansados, de modo que nuestro aguante será mayor y nuestras reacciones más seguras. Por su parte, los niños deben adaptarse a su espacio, a su sillita, al entorno, por lo que no podemos rendirnos a sus plegarias a las primeras de cambio.
En los primeros kilómetros, el menor puede ver el paisaje por la ventanilla, escuchar la música o la radio del coche o, sencillamente, mantener una conversación. Puedes tratar de motivarle acerca del propio viaje, diciéndole por dónde vais a pasar, a qué sitio o personas vais a ver... Para muchas familias, estos momentos son los únicos en los que pasan tanto tiempo juntos. Aprovéchalos.
De acuerdo, es hora de jugar
Un viaje es como una carrera de fondo: hay que llegar hasta el final en las mejores condiciones
El viaje continúa ¡No!, no le des el móvil o la tablet todavía, aún hay otros recursos. Si quieres que tu hijo sea paciente, también deberás serlo tú.
Ha llegado el momento de los típicos juegos tradicionales, seguro que a todos se nos viene a la cabeza el “Veo veo”, pero hay muchos más. ¿Conoces otros? Seguro que sí, pero te los contamos para que no os quedéis en blanco…
- Ni sí ni no ni blanco ni negro. Lo bueno de este juego es que requiere un extra de atención, se trata de que un jugador haga preguntas a otro y que no conteste usando estas palabras. ¿Qué te parece? No, no digas sí, di algo como “me parece bien”.
- Las palabras encadenadas. Muy fácil, se trata de empezar una palabra con la última sílaba de la anterior, si uno dice “gato” el siguiente debe decir, por ejemplo: “tomate”.
- Frases con matrículas. Muy útil en atascos donde se pueden leer las matrículas, utiliza las letras de las matrículas para hacer frases. Por ejemplo, si la matrícula de un coche acaba en FSR, la frase puede ser “Francisco se ríe”.
- Operaciones con matrículas. Esta vez con los números y, de paso, nos sirve de refuerzo de matemáticas: usamos los números para hacer alguna operación. Existen muchas variantes, una puede ser el tratar de hacer dos pares que sumen lo mismo (no siempre es posible), por ejemplo, 2345FKS, los pares serian 2+5 =7 y 3 + 4=7.
Todos estos juegos los puedes ir adaptando y dándoles más complejidad en función de la edad de tus hijos.
Otra opción, siempre que el espacio permita poder hacerlo con seguridad y los útiles de pintura no sean peligrosos, es la de hacer un dibujo. Se trata de algo sencillo, rápido y que sirve para muchas edades, también para algún que otro mayor. Incluso se les puede retar a participar en el 'Toyota Dream Car'.
Cada año, Toyota organiza un concurso mundial de dibujo en el que niños de 4 a 15 años muestran a través de sus creaciones el coche que les gustaría conducir. En esta edición decimocuarta, el tema elegido han sido las energías renovables y el respeto por el medio ambiente. Las nueve mejores obras de cada país pasarán a la fase mundial para optar por uno de los cinco premios de 5.000 $ para cada participante y 10.000 $ para cada uno de los cinco centros educativos que se declaren vencedores.
¡Regalo sorpresa!
Se trata de un momento estratégico y cuidadosamente escogido entre los adultos. Es el instante de sacar algo así como "el comodín de la llamada".
Cuando estamos en la cuerda floja, cuando vemos que la paciencia de los chavales se está empezando a agotar es cuando podemos darles una pequeña recompensa por lo bien que se están portando y, por supuesto, para que les quede claro que su buen comportamiento tiene premio.
Puede ser una revista infantil de estas que vienen con algún regalo, un cuento, golosinas o algo que les guste comer ¿Por qué no un bocata de jamón?
Por fin… la ayuda tecnológica
Y una vez que ya hemos pasado todas las etapas, podemos acabar por fin en la más sencilla, y en la que muchos llevan pensando desde el inicio del artículo: enchufarlos a la tablet. No obstante, llegados a este punto hay que anotar algo importante.
Una, de seguridad. Hay que evitar llevar elementos sueltos dentro del vehículo, ten cuidado con algunos soportes que se utilizan, que son inseguros. Corren el riesgo de soltarse y en caso de frenazo, fundamentalmente aquellos niños que van en sillita, pueden llegar a colisionar con estos dispositivos. Es en estas situaciones donde se agradecen las pantallas integradas en los asientos delanteros para uso y disfrute de los pasajeros de las plazas traseras.
Recuérdalo: si en el minuto uno del viaje les dais una bolsa de chuches, les encendéis la tablet y les decís que en seguida llegáis, estáis perdidos amigos.
¿Y tú, cómo planteas los viajes en familia?
Imágenes | Pixabay/Explore_More_UK, juliox, Ben_Kerckx Unsplash/Rolando Garrido, Joseph Gonzalez, Robo Wunderkind, Kelly Sikkema, Toyota Sala de Prensa,