Una multa de tráfico no gusta a nadie y, dado el caso, los hay que tiran de un estupendo repertorio de excusas. Algunas de lo más surrealistas, como ha sido el caso: este conductor fue cazado a más de 209 km/h y ni corto ni perezoso les dijo que iba tan rápido porque necesitaba estar con su gato.
Una salida de tono que no le ha servido para salvarse: fue detenido y tendrá que comparecer ante el juez. De momento ya ha tenido que pagar una fianza de 500 dólares. Y, oh, sorpresa, resulta que había bebido.
"Tenía los ojos vidriosos y hablaba arrastrando las palabras"
En Connecticut los agentes de la policía estatal de este estado no ganan para escuchar pretextos de los más locos. Hace unas semanas sorprendieron a una mujer yendo a 170 km/h en una zona limitada a 100 km/h. Ante los policías argumentó que necesitaba imperiosamente ir al servicio. Algo se cayó por su propio peso dado que había pasado previamente por varias áreas de servicio.
Y lo mismo ha ocurrido con nuestro ahora protagonista. Según informa NBC Connecticut, este residente de Norwich circulaba la madrugada del pasado domingo por la interestatal 395 sur a la altura de esta ciudad, cuando fue detectado a más de 209 km/h. Dado el tramo, suponía circular a más del doble de lo permitido.
Tras darle el alto, el conductor soltó su poco creíble excusa: quería llegar a su casa lo antes posible para ver a su gato. Cierto o no, lo que sí lo era es que conducía bebido. Los agentes en seguida apreciaron que el hombre "tenía los ojos vidriosos y que hablaba arrastrando las palabras", según han indicado. Le sometieron al test de alcoholemia y dio positivo. Para eso no encontró pretexto alguno. O al menos no lo han detallado.
El resultado fue el esperado: los agentes detuvieron al conductor, que fue directo a comisaria. Se le acusa de conducción temeraria, dado el exceso de velocidad, y de circular con un vehículo motorizado bajo la influencia del alcohol.
Se le ha puesto en libertad bajo fianza de 500 dólares, que pagó. Pero tendrá que presentarse ante el juzgado el 6 de febrero. Veremos si ante declaración jurada vuelve a reiterar que todo fue por estar lo antes posible junto a su gato. Los agentes no han indicado una excusa más detallada, por ejemplo si su adorada mascota tenía algún problema o bien una enfermedad crónica. En todo caso, cualquier posible pretexto se cae en el momento en el que se circula con demasiadas copas de más.