Puede que esta entrada en nuestro Espacio Toyota te sorprenda. Es lógico, siempre lavamos nuestro coche con agua, ¿por qué le va a afectar la lluvia? Además, de vez en cuando un chaparrón nos hace un favor cuando tenemos el coche un tanto sucio con polvo y algún que otro “regalito” de pájaro. Debido a las precipitaciones esas suciedades suelen desaparecer.
Hasta ahí estamos de acuerdo. Si tenemos el coche sucio y cae un chaparrón, nos hace un pequeño favor. Sin embargo, debemos tener en cuenta distintos aspectos que producen un mayor desgaste de la carrocería y su pintura debido a las lluvias. Por otro lado, esa humedad que traen consigo las precipitaciones, acaba llegando levemente al habitáculo y deteriorando ciertas partes del mismo.
¿Por qué afectan las lluvias al exterior de nuestro coche?
Las lluvias pueden provocar muchos efectos negativos sobre la pintura y la carrocería de nuestro vehículo. Por tanto, os vamos a mostrar unas cuantas razones y consejos para evitar este deterioro y así mantener el máximo tiempo posible la imagen exterior de nuestro coche con la mejor de sus versiones. El principal consejo es: después de unos días de lluvia lava el coche, aunque, claro está, consulta la climatología de los próximos días si te quieres ahorrar unas monedas.
Suciedad acumulada en el asfalto
En primer lugar, debemos saber que el asfalto acumula una gran cantidad de suciedad especialmente durante las épocas del año y lugares con menos lluvias. Dicha suciedad proviene de polvo, gases de escape, pequeños vertidos de líquidos como anticongelante, combustible, etc. Con la lluvia, el agua levanta todos esos restos y al pisarlo (o con las mismas salpicaduras que producen las gotas) acaban en la pintura y en los bajos de nuestro coche. Toda esta mezcla de suciedad, por su proveniencia, ataca a nuestra carrocería.
La resina y hojas de los árboles
Habitualmente aparcamos el coche a la sombra de un árbol para así evitar que, cuando nos montemos, su interior esté a una alta temperatura y lo molesto que resulta. Si llueve, las gotas que caerán sobre tu coche habrán arrastrado la resina del árbol quedando depositada y pegada sobre la carrocería, las ventanillas, los cristales y las distintas gomas que hacen de junta entre cristales y carrocería. También caerán hojas acompañadas de mucha suciedad, por lo que podrían arañar levemente la superficie.
Las heces de los pájaros
Al igual que en el apartado anterior sobre la resina y las hojas de los árboles, los pájaros siempre buscan cubrirse cuando llueve. Uno de sus refugios habituales son los árboles. Como todo animal, los pájaros hacen sus necesidades y ellos no miran si debajo hay un coche, una persona o simplemente tierra, por lo que si tu coche está justo debajo le caerán sus excrementos. Como sabes, las heces son especialmente tóxicas y corrosivas, por lo que no es nada recomendable para tu coche, así que elimínalas cuanto antes. Ya tienes varias razones para no aparcar bajo un árbol, ¿no crees?
El barro
Con la lluvia aparece el barro y, si circulamos por vías sin asfaltar, éste se quedará “pegado” a las partes bajas de nuestro coche, tanto en los bajos propiamente dichos como en las zonas inferiores de la carrocería y pasos de rueda. El barro mantiene más tiempo la humedad y si lo dejamos mucho tiempo en la pintura o en las partes metálicas del coche acabará atacándoles y produciendo corrosión. Por eso es tan importante eliminarlo cuanto antes. Recordamos que también ataca al caucho de los neumáticos y puede deteriorarlos rápidamente.
El clima puede afectar de forma peligrosa a las partes metálicas de nuestra carrocería que se encuentren al descubierto
Por otro lado, todos los agentes que antes comentábamos son especialmente peligrosos si las partes metálicas de nuestra carrocería se encuentran al descubierto. Es decir, cuando por un golpe, un chinazo o un fuerte arañazo se elimina la pintura y la chapa queda visible. La pintura hace las veces de una fina pero resistente capa anticorrosión como si de un barniz se tratara.
De quedar al descubierto, la corrosión atacará rápidamente las partes metálicas y se irá propagando poco a poco por toda la zona levantando, incluso, la pintura de las partes colindantes. Debes saber que una pieza con corrosión pierde sus capacidades de resistencia y, obviamente, no queremos que nuestro coche sea menos resistente por culpa de un chinazo o un leve roce. Por lo tanto, ante un golpe, un profundo arañazo o un chinazo que llegue a la chapa, lo mejor es acudir a nuestro taller y repararlo.
¿Afecta la lluvia al interior?
¿Cómo va a afectar la lluvia al interior si cuando llueve todos vamos con las ventanillas cerradas? Sí, ya sabemos que normalmente nadie conduce con las ventanillas bajadas ni el techo descapotado cuando llueve, por lo que el agua no debe entrar al habitáculo y no perjudicará directamente ni al salpicadero, ni al volante, ni a esos flamantes asientos tapizados en cuero con calefacción y ventilación. Pero, ¿y la humedad?
Cuando llegan las lluvias es imposible evitar que la humedad llegue al habitáculo. Abrir las puertas al entrar o simplemente nuestra propia ropa, calzado, pelo, y manos mojadas, harán que el habitáculo coja un pequeño porcentaje de humedad. Además, también entra a través de los conductos de ventilación pese al filtro del habitáculo. El filtro del habitáculo, aunque no ha sido creado especialmente para combatir la humedad, puede retener buena parte de ella. Así que mejor si se encuentra en buenas condiciones.
La humedad hace que los materiales del interior se desgasten antes de lo recomendado. Y el polvo tiene parte de la culpa
La humedad, como muchas otras cosas, afecta a las piezas del interior. Cuando un coche tiene una edad considerable, es prácticamente inevitable que el salpicadero, el volante, los mandos de intermitentes y limpiaparabrisas, así como tapizados de las puertas y asientos pierdan esa imagen visual que tenían al principio y las sensaciones que nos transmitían al tacto.
Tanto las altas temperaturas debido a la exposición al sol como la elevada humedad en el interior, hacen que estos materiales se desgasten antes de lo recomendado. Por ambas causas, incluso, pueden parecer que se derritan y deformarse levemente al tocarlos transmitiéndonos una sensación parecida a como si estuviéramos tocando un chicle.
El polvo absorbe la humedad, por tanto, cuanto más limpio mantengamos el interior de nuestro coche, menos humedad llegará al habitáculo y más tiempo tardarán las distintas partes del interior en presentar un aspecto y tacto envejecido. Además, nos evitaremos malos olores por la posible aparición de hongos, bacterias, etc.