El Salón de Nueva York ha puesto el escenario para que el nuevo Chevrolet Camaro Z/28 se dé a conocer. Es el heredero de una saga que dio comienzo en 1967, y entre sus principales valores están su motor LS7 de cárter seco, las altas revoluciones, una reducida masa, una carga aerodinámica "verdaderamente aerodinámica" (sic), frenos carbonocerámicos y refrigeración a prueba de circuito.
En sus mejores momentos al pasar por curva, es capaz de generar una fuerza lateral de 1,05 g tras las revisiones a las que se ha sometido su chasis. Y la fuerza pasa a ser de 1,5 g cuando hablamos de la frenada made by Brembo que, con sus discos de 394 x 36 mm delante y 390 x 32 mm detrás, reciben la enorme presión de las pinzas, dotadas de seis y cuatro pistones respectivamente.
Novedades en el aspecto exterior
El nuevo Camaro representa el rediseño más significativo desde la presentación de la quinta generación del modelo, aún como prototipo, en 2006. Renovarse o morir. Con una longitud de 4.848 mm (2.852 mm de batalla), una anchura de 1.953 mm y una altura de 1.330 mm, el Chevrolet Camaro es ahora más bajo y más ancho. Sin perder su imagen, sus atributos han cambiado para actualizarse.
En el frontal encontramos una parrilla inferior más ancha y baja, mientras que la superior es más estrecha para dar mayor protagonismo a las ópticas, que también son de nuevo cuño, aunque tan carismáticas como las de su predecesor. Sobre el capó se mantienen las formas y la toma de aire, completamente funcional.
Yendo hacia la parte posterior, y tras observar los neumáticos Pirelli PZero Trofeo R de dimensiones 305/30 ZR 19, encontramos el correspondiente cambio en los faros, que en esta ocasión pierden peso estético, diferencial y de todo tipo si los comparamos con los que mostraba la generación anterior del Camaro Z/28. Aquí ganan protagonismo los paragolpes y el gran difusor central.
Tanto en la parte frontal como en la exterior vamos a encontrar elementos funcionales que contribuyen a que el Z/28 gane carga aerodinámica, empezando por el splitter anterior, que se conecta a un panel que corre bajo el chasis cuya función es mantener el coche agarrado al asfalto. En los pasos de rueda, los guardabarros, y en la trasera un alerón y el difusor, se encargan de completar la función aerodinámica de este paquete.
Más allá de la apariencia física, la reducción de masa a que se ha sometido el Camaro Z/28 deja el muscle car 45 kg por debajo de su hermano Camaro SS y 136 kg por debajo del Camaro ZL1. Para lograrlo, se eliminaron elementos tan superfluos como el sistema de sonido, el kit antipinchazos (salvo donde es obligatorio), las luces antiniebla o los faros de xenón, se cambió la batería LN4 por una LN3, que es más ligera, y las lunas de 3,5 mm de grosor que monta el Camaro estándar se reemplazaron por lunas de 3,2 mm.
Motor LS7 del Chevrolet Camaro
Mucho han cambiado las cosas desde 1967 hasta hoy, pero la esencia del Camaro Z/28 se mantiene. Creado para competir en la Trans Am del SCCA, el primer Z/28 montaba un pequeño y ligero --en comparación-- motor V8 de 4.949 cc, una dirección muy directa y un sistema de suspensión de circuito. No llevaba ni cambio automático ni aire acondicionado. Era un coche para lo que era.
El nuevo Camaro Z/28 lleva aire acondicionado como opción, y mantiene la idea del cambio manual, que se basa en una caja Tremec TR6060 de seis relaciones exclusiva para el Camaro Z/28. Aburguesamientos, los justos. De hecho, es una bestia de la competición en la misma medida que el Camaro ZL1 está pensado para rodar por carretera y por circuito indistintamente.
Y se le espera en los circuitos para el año que viene. Será entonces cuando saque el mayor partido a un motor LS7 V8 de 7.008 cc cuyo bloque ha sido fabricado en aluminio, que entrega 500 HP (507 CV) y ejerce 637 Nm de par máximo. El punto de corte lo tiene en las 7.000 rpm para un motor que comprime a razón de 11:1.
Toda esta potencia se canaliza hacia el tren trasero a través de un diferencial de deslizamiento limitado que prescinde de los tradicionales embragues para utilizar engranajes helicoidales. De esta forma es posible aplicar mayor potencia y par reduciendo las posibles pérdidas de tracción. Por su parte, el sistema Performance Traction Management permite ajustar los niveles de aceleración y frenado.
Interior del Chevrolet Camaro Z/28
Comentar los interiores del Chevrolet Camaro Z/28 es fácil y se puede resumir en una sola frase: This is Sparta! Aunque su apariencia final sea resultona, hay que tener en cuenta que en aras de la reducción de masa suspendida se ha procedido a aligerar los asientos traseros de este 2+2 y a eliminar elementos como los aislantes acústicos o hasta la moqueta del maletero.
Dejando esos detalles al margen, el interior del Camaro Z/28 es de esos que nos hacen recordar el verdadero sentido de la palabra deportividad. Viene con asientos Recaro de microfibra, sin necesidad de costuras rojas, y con un color de la tapicería de nombre evocador: Octane. Y todo, sin perder ni una pizca de calidad, percibida en este caso a través de las imágenes.