Aprovechando la presentación del prototipo FCV-R durante el salón de Ginebra, el jefe de operaciones de Toyota en Europa, Didier Leroy, ha confirmado su decidida apuesta por la tecnología de la pila de combustible como una solución de movilidad para el futuro.
Según Leroy, Toyota espera vender decenas de miles de unidades de sus modelos dotados de un sistema de hidrógeno para finales de esta misma década, una frase ambiciosa que necesitará un enorme esfuerzo en todos los sentidos, ya que además de una oferta de coches, esta tendrá que llegar acompañada de una red de distribución de hidrógeno, mucho más cara y compleja que los puntos de recarga de los coches eléctricos con batería.
El comienzo de la andadura a nivel comercial de los modelos con pila de combustible de Toyota está marcado para el 2015, momento en el que el fabricante nipón espera que la tecnología disponga de unos costes asumibles para su llegada a los particulares, unos precios razonables que los conviertan en una realidad.
De momento faltan tres años para que de comienzo el despliegue, una llegada cuyo éxito dependerá tanto de una red de “hidrolineras”, que visto el lento despliegue de los puntos de recarga para coches eléctricos, será incluso más paulatina, aunque tal vez esta tecnología comience su introducción en sectores industriales, como los autobuses, para más adelante comenzar su intruducción en el mercado particular.
El principal problema será que para el periodo 2015-2020, la propia Toyota asegura que sus avances en la tecnología de las baterías de litio, permitirán autonomías que multiplicarán a las actuales, además de rebajar sus costes, por lo que cuando el hidrógeno llegue al mercado, puede ser ya demasiado tarde.
Vía | Businessgreen
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