La Unión Europea se ha propuesto que para el año 2015, todos los coches que circulen por nuestras carreteras estén dotados del sistema eCall, una tecnología destinada a mejorar la seguridad, reduciendo el tiempo de respuesta de los equipos de emergencia ante un accidente.
La forma de funcionamiento es aparentemente sencilla, la unidad instalada en el vehículo dispone de una serie de acelerómetros que pueden detectar cuando hemos sido víctimas de un incidente, y mediante una combinación de tecnología GPS y un módulo GSM, enviarán una señal con nuestra posición de forma totalmente automática al 112.
El impacto del uso de esta tecnología es muy importante y según los estudios, si durante el pasado año 2010 todos los coches estuvieran dotados con este sistema, se habría reducido en número de fallecidos en las carreteras entre un 5 y un 15%, lo que supondría salvar hasta 260 vidas.
Pero además esta tecnología puede ser utilizada para la comunicación entre vehículos M2M, de máquina a máquina, lo que además de prevenir accidentes, también puede ayudar a reducir de forma importante el tiempo perdido en los atascos entre un 10 y un 20%, con el consiguiente ahorro económico, y de emisiones.
Por supuesto, existe el debate de si es realmente moral disponer de un sistema que controle en cada momento donde está nuestro coche, pero si ponemos en una balanza los pros y los contras, los primeros ganan de forma aplastante a los segundos por muchas razones.
Aunque siendo un poco abogado del diablo, tal vez debería ser su instalación algo voluntario por parte del propietario de coche, y de esa manera, evitamos la psicosis de que el gran hermano nos quiere controlar.
Vía | Bandaancha
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