Y esta es la increíble historia del Porsche 356 fabricado en la comunista Alemania del Este en 1954
La saga de los Porsche 356 está llena de modelos especiales y algún que otro one-off (modelo único), pero la historia del Lindner Coupé, el Porsche de Alemania del Este, es sin duda el modelo aparentado con el 356 que menos conocemos.
El Lindner Coupé fue creado por los hermanos Reinmann en 1954, en un país el que sus habitantes correrían el mismo destino que todos los que cayeron bajo la dominación de la Unión Soviética: economía planificada, milagros económicos que solo se veían en los medios oficiales e intentar pasar desapercibidos de la policía política de turno. Aún, Knut y Falk Reimann decidieron que tenían que tener un Porsche 356. Y si no lo podían comprar, lo fabricarían ellos mismos con la inesperada ayuda de Porsche.
El sueño de un Porsche 356
La historia de Porsche está llena de sorpresas y de toda clase de vehículos vinculados a la marca que nunca hubieses imaginado. Incluso en la actualidad, el estudio de ingeniería de Porsche, sigue creando toda clase de vehículos, desde grúas a motos de agua. Esta vez, la sorpresa viene de la antigua República Democrática Alemana (RDA), o Alemania del Este, a principios de los años 50, cuando el muro de Berlín todavía no existía.
Los mellizos Knut y Falk Reimann nacieron en 1932, en Dresde, que en 1949 pasó a formar parte de la RDA. Estudiaron ingeniería automóvil ya que desde pequeños soñaban con tener su propio coche deportivo. Claro, que ese tipo de creatividad en un sistema económico planificado donde solo los miembros de la élite gobernante y afines tenían acceso a ese tipo de lujos no era algo muy bien visto.
Así, entre un sistema donde casi todo estaba sujeto a racionamiento, sin realmente tener acceso a la renaciente industria del Oeste, y la falta de fondos para materializar su proyecto no les quedó más remedio que recurrir al reciclaje, como se hizo en casi todos los países del bloque comunista.
Un día de 1953, en la campiña al sur de Berlín, se encuentran con los restos de un Kübelwagen Type 82 de la Wehrmacht. La Segunda Guerra Mundial terminó hace ocho años y todavía quedan muchas reliquias del conflicto por los campos y bosques de Alemania. El Kübelwagen será la base para su proyecto. El chasis, el motor bóxer de 4 cilindros refrigerado por aire de 1.131 cc y 24,5 CV y el cambio de marchas todavía se pueden usar. Y además se trata de un coche ideado por el propio Ferdinand Porsche sobre la base del Volkswagen Escarabajo.
Sin embargo, para poder materializar el coche de sus sueños, necesitaban una carrocería. Sin fondos, ni taller propio con las herramientas adecuadas la tarea se presentaba más que complicada. Piden ayuda a un taller de carrocería de la zona de Dresde que tuvo cierto prestigio antes de la guerra, la Karrosserie & Fahrzeugbau Arno Lindner.
Karrosserie Lindner dará forma al sueño de los Reimann
En la RDA, los coches con carrocerías únicas y los autobuses ya no eran lo que mantenía a flote el taller de Arno Lindner (el fundador). Con la ayuda de su hijo y de 15 empleados fabricaban unos pocos coches con carrocerías de acero y madera sobre las bases que sus clientes podían conseguir. Los hermanos Reimann pagaron 3.500 Ostmark y se comprometieron además a ayudar en la fabricación. Por lo visto no era un contrato muy lucrativo para Lindner pero con este coche pensaba recuperar su fama.
Tras crear el armazón de madera sobre el que moldearían los paneles de carrocería, necesitaban paneles de carrocería. Y una de las mayores problemáticas de la construcción del coche era la escasez de acero. Al igual que hicieron con el chasis y el motor, para la carrocería optaron por el reciclaje. Los 15 capós de camiones Ford abandonados tras el conflicto le permitirían a Lindner dar forma a la carrocería. Tras soldar los capós entre sí para formar paneles, pudieron dar forma a los paneles y por tanto a la carrocería.
En 1954, el coche estaba listo por fin. Lindner y su equipo habían conseguido reproducir las formas del Porsche 356, aunque como partían de un chasis más largo y ancho, su versión era 30 cm más larga que el modelo de Porsche. De hecho, medía 4,15 m de largo por 1,68 m de ancho por 1,34 m de alto y disponía de cuatro plazas.
Una vez con el coche terminado, los hermanos Reimann decidieron probarlo y viajar por toda Europa. (Los Porsche siempre han sido coches ideales para los viajes, ya sea por carretera o fuera de ella). Francia, Italia, Suiza, Austria y Alemania del Oeste eran algunos de los países que visitaron al volante de su coche que habían apodado Porscheli, en homenaje a Porsche y a Lindner. Y esta otra de las proezas de los dos hermanos.
Aunque el muro de Berlín todavía no existía (sería para el 13 de agosto de 1961) y la RDA no era un país totalmente hermético o casi con el Oeste capitalista, como sí lo fue a partir de los años 60, tampoco era muy sencillo salir de la RDA. Así, con una matrícula falsa de Alemania del Oeste y un solo carnet de conducir para dos (ya que son mellizos) se mueven por toda Europa y pueden cruzar la frontera de la RDA.
Empieza la fabricación en serie con la ayuda de Porsche
Ese mismo año, el Porscheli es presentado en la feria de artesanía local “Dresdner Handwerkschau” ya que Lindner obtuvo la autorización de las autoridades de fabricarlo “en serie”. Los más pudientes del país y afines al régimen, como Miersch (poseía una fábrica de zapatos) que se compró tres, vieron la oportunidad de hacerse con el equivalente de un Porsche con el beneplácito del gobierno.
En Alemania, que los Reimann visitan en julio de 1956, no pueden dejar de visitar la sede de Porsche, con la esperanza de poder ver a Ferry Porsche y presentarles su creación. Sin embargo, Ferry Porsche no está. Aún así, pueden visitar la fábrica y le dejan una carta. Los empleados de la fábrica hablan maravillas del Porscheli que vino del Este y Ferry Porsche decide entonces echar un cable a los hermanos Reimann.
En su carte a los Reimann, les informa que les envía una serie de recambios, como pistones y cilindros, del Porsche 356 para que pueden tener un motor a la altura de su carrocería. Pero deberán ellos mismo correr con los gastos de envío desde el concesionario Volkswagen de Eduard Winter en Berlín Oeste hasta su residencia.
Los chicos consiguen colar las piezas mecánicas en Alemania del Este como cualquier otro producto de contrabando. Y como lo consiguieron una vez, ellos y Lindner pensaron que podrían hacerlo otras veces. Y así fue. Los hermanos Reimann y Lindner llegaron a fabricar 13 unidades del Porscheli o Lindner Coupé, casi siempre sobre la base del Kübelwagen Typ 82. Y con la ayuda de Porsche, esos coches tenían un motor digno del modelo original. De todos modos, no todos los modelos eran exactamente iguales, debido a la escasez de todo. Por ejemplo, algunos tenían una carrocería de 1 mm de espesor...
Finalmente, la producción cesa en 1959. El régimen es cada más duro y ese tipo de actividad industrial está muy mal vista. En 1961, el gobierno cierra el país y erige el muro de Berlín. Los guardias en las fronteras, especialmente en Berlín, tienen orden de disparar a discreción si alguien intenta salir del país. Knut y Falk tienen algo más de suerte, pues la Stasi los detiene ese mismo año cuando intenta huir a Alemania occidental.
Pasaron tres años en un cárcel de Berlín. A su salida, Falk se fue a Hungría y Knut se quedó en Alemania. Su Porscheli les fue confiscado y nunca más se supo del coche. Se dice que uno de los pilotos de Melkus, un fabricante de deportivos de Dresde, se hizo con el coche y lo vendió por piezas.
Los Lindner Coupé y Porscheli en la actualidad
60 años más tarde, tres unidades han sobrevivido. Una de ellas es uno de los tres coches que compró Miersch, hay otro ejemplar de color blanco y el tercero, y quizá el más famoso, es el coche de demostración de Arno Lindner que era amarillo y negro. Este último fue comprado por 3.000 euros en 2011 por un abogado austriaco, Alexander Diego Fritz.
Fritz encargó el enorme trabajo de restauración a Absolut Classic, un taller de Budapest. Por suerte, Falk Reimann seguía viviendo en Budapest y supervisaría la restauración del coche que había creado con su hermano Knut. Si bien, Knut no pudo ver el trabajo terminado -falleció en 2013- Falk siguió ayudando. Y en 2016, el coche estaba prácticamente listo y ya circulaba. Sin embargo, Falk falleció en abril de 2016, cuando solo quedaban unos pocos detalles para completar la restauración del coche que había imaginado con su hermano.