A simple vista, esto parece un Citroën 2CV con ligeros cambios en su carrocería. Pero no, es bastante más peculiar de lo que parece. Si nos fijamos un poco más, se ven cierto detalles que debería estar ocultos bajo la carrocería.
¿Y esto por qué es? Muy sencillo. Su dueño, en un alarde de ingenio y buscando la máxima eficiencia aerodinámica del clásico francés, ha recortado su carrocería en 43 centímetros, dejándolo en un biplaza con los asientos uno detrás de otro.
Si lo vemos de frente, entenderemos esto. Se ha afilado tanto su carrocería, que el chasis, que permanece intacto, sobresale por ambos costados del coche. No será bonito, para algunos puede suponer una herejía, pero como solución ingeniosa no está mal. Gracias a su anchura y la reducción de peso, se ha conseguido reducir sus consumos en 2 L/100 km.
Vía | Actualidad Motor
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