El sábado por la mañana me despertaron con una grata sorpresa. “Hazte la maleta que nos vamos a Madrid”, a la 10ª Jornada de Puertas Abiertas del Jarama, una multitudinaria concentración de clubes de toda España y en la que pude ver todo tipo de vehículos clásicos de nuestra tierra, del norte de Europa e incluso del otro lado del charco.
Así que pasado el shock inicial, y con la maleta hecha, carretera y manta. El domingo por la mañana, el paddock del circuito del Jarama estaba a rebosar de clásicos. Seat 600, Simca 1000, algún Renault 8 TS, muchos Morris Mini (y derivados) y un sinfín de clubes de amantes de los vehículos clásicos.
No se exactamente el número de asistentes, pero por foros y webs de los clubes, se hablaba de unos 900 coches inscritos, que se dice bien pronto… Eran tantos, que era materialmente imposible ver todos y cada uno de los coches que había por allí, sobre todo si a media tarde tenía que salir de allí con dirección a casa.
Entre los clubes más numerosos (y que me perdonen por no recordar nombres) estaban el del omnipresente Seat 600, con modelos Abarth incluidos. O el club Mini Cooper, también numerosos. Otro de los clásicos de nuestra infancia que se podía contemplar por allí fueron los Renault 5, con todas las variantes que llevasen la palabra Turbo incluidas.
Pero había más, Opel Manta, club Cosworth (con el Ford Escort Cosworth como máximo exponente), amigos del Grupo B, con modelos de esos que piensas que ya no vas a ver en tu vida. Cuando vi el Ford RS200, flipé en colores, literalmente. Pero si verlos aparcados ya daba alegría, verlos correr por el asfalto del Jarama, junto al Audi Sport Quattro, el Peugeot 205 T16 o el Lancia 037, fue algo sublime.
Pero había más, mucho más. Seat 1200 Sport a cascoporro, una colección bastante considerable del fantástico Lancia Delta HF Integrale, de todos los colores y sabores, entre los que también pude ver un coche de esos raros de ver normalmente, el Lancia Thema 8.32, una aparente berlina familiar con motor Ferrari.
Club Saab, amigos del Citroën 2CV, club GSi Spain (de este sí recuerdo el nombre), infinidad de BMW clásicos, aficionados a los MG y los Triumph. O Asociación Deportiva Capri, con un numeroso también elenco de Ford Capri, junto a los que estaba el Mustang Club de España, que como supondréis, fue el que acaparó de forma casi total mi atención.
Allí pude hablar largo y tendido con Julio Santamaría, presidente vicepresidente del club. Una persona muy agradable y que pese a estar hasta arriba de jaleos sacó tiempo de donde no lo había para hablar conmigo y demostrarme que es una verdadera enciclopedia en la afición que compartimos en común, el Ford Mustang. Y ya que estaba allí, no pude evitar examinar de arriba a abajo su precioso 1965 Ford Mustang Fastback 2+2 SM Edition (como él mismo lo ha bautizado), que ya vimos en la “comparativa” con el Shelby GT500 de Paco o el primer Ford Mustang matriculado en España.
Dominaban los Mustang de primera generación, con varios de la tercera generación y unos cuantos más de la generación S197. A destacar, un Ford Mustang GT/CS que es realmente impresionante, nada que ver con un V6 o un GT.
Pero había uno que me nublaba la visión, uno que borraba de mi vista el resto de coches que había en el Jarama esa día. No era otro que este 1965 Ford Mustang Fastback GT, la viva imagen de uno de mis sueños. Es justamente así como me gustaría tener algún día uno. Era impresionante ver el brillo de su carrocería, la impecable estampa de su interior de cuero blanco inmaculado o la imponente presencia que tenía ahí aparcado. Algún día será mío, no lo dudes…
¿La única pega? Que cuando llegué al circuito la tanda del Mustang Club de España ya había finalizado… La excusa perfecta para volver el año que viene. Si vivís cerca del Jarama y no habéis ido nunca, os lo recomiendo encarecidamente, ver tantos clásicos juntos es difícil de ver normalmente.
Fotos | SandMan
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