Dice el refrán que cada zapato tiene su horma pero me cuesta pensar en la de esta criatura creada por los técnicos de Manhart Racing. Partiendo de la base del BMW Z4 M, el antiguo, ya que este modelo acaba de ser sustituido y no va a disponer de versión potenciada, le han extraido el bloque de seis cilindros en línea para insertar el V10 de su hermano mayor, el BMW M5.
El resultado es una joya descapotable que tiene 550 CV de potencia, sí, además lo han potenciado, y pesa 1.450 kilos. Con todo acelera de 0 a 100 Km/h en 3,9 segundos gracias a una relación peso/potencia que es más favorable que la de un Lamborghini Gallardo o un Ferrari F430, 2,6 kilos por cada caballo.
Lo más complicado de esta preparación sobre la base del base del BMW Z4 M fue ajustar el bloque de diez cilindros derivado de la competición en el hueco del motor que más premios ha reportado a la casa bavára, pero el resultado final muestra unos acabados y un aspecto dignos de un modelo de serie.
Para dominar semejante poderío el BMW Z4 M de Manhart recurre a la caja de cambios de seis relaciones y al diferencial trasero que también monta el M5, pero los latigazos derivados de su corta batalla pueden ser de impresión. El sistema de escape también ha sido personalizado para que la “música” que acompaña no desentone un ápice, aunque las salidas no cambian.
En el interior no hay cambios apreciables sobre la base del modelo de serie, que viene con un sobrio acabado en piel simil de fibra de carbono. Las preciosas llantas BBS de 19 pulgadas con acabado negro mate son el elemento exterior más diferenciador de esta bestia negra de Manhart Racing.
En Motorpasión | BMW Z4 M, prueba
