Hace ya tres años que Aston Martin puso los dientes largos con su proyecto del hiperdeportivo Aston Martin Valkyrie, una bestia híbrida de 1.176 CV que ya hemos visto incluso rodar por carretera. Sin embargo, su llegada a producción podría estar complicándose debido a problemas de fiabilidad y conducción.
Según informa Formula Passion, la marca británica ha detectado durante la fase de pruebas en carretera problemas relacionados con el manejo del coche, el ruido y la fiabilidad en general.
Ante esta tesitura, siempre según la publicación italiana, Aston Martin estaría barajando dos posibles escenarios: uno, continuar con el desarrollo del coche y tratar de solucionar los problemas, lo que retrasaría más allá de 2020 la llegada del Valkyrie; o dos, convertir dicho modelo en un hiperdeportivo homologado solo para circuito a fin de reducir costos.
El problema de la primera opción, más allá de posponer los planes iniciales que apuntaban al aterrizaje del prometedor deportivo este año, es que supondría además un mayor desembolso para una firma que al igual que el resto del sector se encuentra mermada por las consecuencias económicas del coronavirus.
Si bien la segunda alternativa tampoco parece idílica. Y es que las 150 unidades que se iban a fabricar para calle ya tienen dueño, y pagar más de 3 millones de dólares por un coche con restricciones a buen seguro no es bien recibido por todos los futuros propietarios. Ese hueco estará ocupado por las 25 unidades del Valkyrie AMR Pro.
La batalla por encima de los 1.000 km, ¿en juego?
Finalmente, Formula Passion apunta que una tercera vía, la más drástica, sería cancelar el proyecto al completo y centrarse en la producción del SUV Aston Martin DBX, si bien dado lo avanzado que está el desarrollo del coche parece la menos probable.
Cabe recordar que el Aston Martin Valkyrie es un modelo influenciado por la tecnología de la Fórmula 1, competición donde la compañía desembarcará el próximo año, y está dotado de una mecánica excelsa.
Bajo su elaborada carrocería se esconde un propulsor firmado por Cosworth con arquitectura V12, 6.5 litros de cilindrada y aspiración natural capaz de girar a 11.000 revoluciones para producir 156 CV por litro, o lo que es lo mismo, 1.014 CV de potencia máxima.
Este se combina con un sistema de hibridación que aporta 176 CV y 280 Nm más para desempeñar al alimón 1.176 CV y 900 Nm. Estamos, por tanto, ante el potencial rival que librará una apasionante batalla sobre el asfalto con modelos de la talla del Mercedes-AMG Project One, que ya también se ha dejado escuchar rugiendo en circuito. Veremos si finalmente ambos modelos llegan a buen puerto.
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