Así es el SUV Aston Martin DBX al natural: una decidida apuesta por el lujo y la deportividad
Tuvimos la oportunidad de conocer más en detalle el nuevo Aston Martin DBX antes de que inicie su comercialización en la primera mitad de 2020. Se trata de una unidad de preserie, por lo que habrá que esperar para experimentar en persona el V8 4.0 litros biturbo de 550 CV de origen AMG, así como la caja de cambios automática de 9 relaciones o la transmisión integral y el reparto de par activo en el eje trasero. De momento, nos conformaremos con hacernos una primera idea de como es el primer SUV de Aston Martin y lo que puede esperar el futuro cliente.
Sí, otro SUV. Todas las marcas de lujo y deportivos tienen al menos uno en su gama: Porsche, Rolls-Royce, Bentley, Lamborghini y hasta Ferrari también tendrá el suyo, más pronto de lo que pensamos. Solo falta que McLaren se una a la fiesta. Puede que no gusten a los puristas, pero eso da igual, ellos no son la clientela que buscan las marcas. De hecho, si fuera por los puristas, casi todas esas marcas habrían todas desaparecido ya.
Es lo que el mercado pide y basándonos en lo que hemos visto hasta ahora del DBX de cerca y en vivo, la nueva factoría galesa de St. Athan que posee la marca va a funcionar a pleno rendimiento para satisfacer la demanda que tendrá el coche.
Un diseño que esconde sus verdaderas dimensiones
Lo que llama la atención al verlo en vivo es lo que diferente que se percibe con respecto a las fotos. En fotografía, da la sensación de ser una suerte de Bentley Bentayga con un frontal un poco más fino, es decir, una mole a lo Porsche Cayenne. Y sin embargo, en vivo nos damos cuenta de que no. Es en apariencias bajo, la batalla extremadamente larga (3,06 m) y los voladizos muy cortos.
Es de aspecto esbelto, perfilado y con una musculatura sutil. Es realmente un crossover, es un cruce de SUV y cupé o station wagon. La altura libre tampoco es destacable, aunque posee una suspensión neumática que permite aumentar la altura libre en 4,5 cm en caso de adentrarse en caminos de tierra más o menos accidentados y reducirla en 5 cm para una conducción deportiva sobre asfalto. A modo de anécdota, el DBX cuenta con una capacidad de vadeo de 50 cm digna de un Land Rover.
Pero ojo, solo es una cuestión de percepción. El DBX sigue siendo un coche unas dimensiones imponentes. Mide 5,04 metros de largo por 2,05 metros de ancho (contando los retrovisores) y 1,68 metros de alto con un un peso de 2,2 toneladas. Es muy similar al Lamborghini Urus (aunque el italiano es 7 cm más largo y 4 cm más bajo)
Estéticamente, es un Aston Martin, se mire por donde se mire. El frontal, con la clásica parrilla del DB11 (y es que muchos clientes han expresado su disconformidad con la ausencia de calandra del actual Vantage), cuenta con aletas ensanchadas con extractores de aire a la Aston Martin Rapide (la berlina que dejó paso en la gama al DBX). La zaga también es indudablemente Aston Martin, con los pilotos traseros finos y el alerón integrado tipo cola de pato, como en el actual V8 Vantage.
Y a pesar de todos los guiños estéticos al resto de modelos de la gama, el DBX no comparte prácticamente nada con el resto de modelos Aston Martin. Reposa sobre una plataforma creada ex profeso para el DBX, lo que dio al equipo de ingeniería más libertad a la hora de crear el coche. Un SUV que debe combinar el lujo de un rival de Bentley y la deportividad inherente a todo Aston Martin. Y además, ofrecer una habitabilidad realmente importante (lo que era el talón de Aquiles del Rapide).
El uso intensivo de aluminio (los soportes de suspensión también son de aluminio) ayudó a mejorar la rigidez estructural del DBX y también ayudó a mantener el peso del crossover de Aston por debajo de los 2.245 kg (en seco).
Las suspensiones son una elaborada combinación de doble triángulos, delante, y multilink, detrás, con un sistema que *controla el balanceo del coche de forma activa sin recurrir a barras estabilizadoras activas. El sistema, bautizado eARC, ha sido desarrollado expresamente para el DBX. Funciona con una batería separada de 48 voltios y está diseñado para endurecer o suavizar la firmeza del conjunto amortiguador adaptativo y muelle neumático. De ese modo, Aston Martin ha prescindido de barras estabilizadoras.
Si quiere tomar una curva con el aplomo de un DB11, podrá hacerlo gracias al eARC en su configuración más agresiva. Si se mueve tranquilamente por la ciudad, basta con seleccionar el modo más suave y el DBX debería absorber y filtrar todas las imperfecciones de la calles. Habrá que esperar a poder probar el coche para ver hasta qué punto es eficaz (o no) el sistema. Y es que de momento, solo nos pudimos subir a un coche de preserie en esta presentación estática.
Primeras impresiones a bordo del Aston Martin DBX
Nuestras primeras impresiones a bordo del DBX no podían ser más positivas. La habitabilidad es soberbia. Delante, la sensación de amplitud y espacio es real y al mismo tiempo conserva ese toque deportivo, con un salpicadero envolvente. Éste cuenta con un cuadro de instrumentos digital y una pantalla multimedia 10,25 pulgadas con sistema de infoentretenimiento de origen Daimler (se trata del sistema justo anterior al nuevo MBUX, que el grupo alemán reserva para sus modelos).
Detrás, el espacio para las piernas es superior a lo que ofrece un Lamborghini Urus o un Bentley Bentayga. Si bien el acceso a bordo es facilitado por las puertas de apertura en alas de cisne (como las delanteras del DBX y de todos los Aston Martin desde el anterior V8 Vantage), la abertura es quizá un poco justa. El techo solar, con una superficie acristalada de 2 m2 aporta mucha luz a bordo a pesar de la cintura de caja elevada que hace que las lunas traseras parezcan un tanto pequeñas. Por cierto, el coche cuenta con doble acristalamiento de serie.
El maletero es uno de los más grandes de su segmento con 632 litros de capacidad. Eso sí, el umbral de carga es bastante alto por ello a cada lado del maletero hay unos botones para subir y bajar el eje trasero con el fin de facilitar la carga y descarga del maletero.
La calidad de los materiales y del montaje del interior, incluso en esta unidad de preserie, son una buena señal de que el modelo definitivo estará a la altura de las creaciones de Bentley y Lamborghini. El cuero Caithness de su proveedor habitual Bridge of Weir para una tapicería realizada a mano (200 horas de trabajo para un habitáculo de DBX), el mullido de los plásticos y la comodidad de los asientos son dignos de un coche cuyo precio de base en España será de 227.000 euros.
** El equipamiento incluye** Apple CarPlay, un sistema de sonido de 800 vatios, una cámara de visión 360º y una gran cantidad de sistemas de seguridad activos que incluyen el asistente de mantenimiento de carril, el frenado automático de emergencia y la alerta de tráfico cruzado trasero.
Entre las opciones disponibles, todo es posible o casi. No faltan, por ejemplo, los clásicos revestimientos en fibra de carbono (como las colas de escape en esta unidad) u opciones más llamativas, como un conjunto especial de equipaje, una configuración de portabicicletas o una para transportar los perros, con funda protectora y lavado a presión con depósito de 17 litros de agua que se conecta a la toma de 12 voltios del maletero para lavarlos antes de subirlos al coche.
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