Volkswagen no quiere que Toyota siga siendo el primer fabricante mundial. Para arrebatarle el puesto, su gama de coches es específica para cada región del mundo, lo que prácticamente lo obliga a establecer un buen puñado de factorías en diferentes puntos del globo terráqueo.
China, siendo la nueva apuesta mundial, es el escenario donde el fabricante de Wolfsburg acaba de inaugurar una nueva planta de componentes. Sus instalaciones se encuentran en la ciudad de Tianjín, en el norte de China, donde serán producidas transmisiones de doble embrague DSG de última generación.
De momento, la producción anual prevista es de 450.000 unidades, que en 2016 se convertirán en 1,2 millones. Así, tras una inversión del equivalente a 265 millones de euros, habrán sido creados alrededor de 5.500 empleos en la zona. Para 2018, Volkswagen buscará convertirse en el fabricante automovilístico más sostenible de China.
El nombre técnico de esta caja de cambios es DQ380. Será incorporado a las versiones chinas de los Volkswagen Tiguan y Golf GTI, así como al Audi Q3. Podrá asociarse al motor 2.0 TSI producido localmente (en Changchun y Shanghái), lo que implica una reducción de 0,5 l/100 km en el consumo y 12 g/km en emisiones de CO₂, en comparación con la generación anterior.
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