Volkswagen ha confirmado que el Volkswagen Trinity, su coche eléctrico y autónomo y su punta de lanza tecnológica, se producirá en serie desde 2026. Asimismo, la marca ha asegurado que para entonces "estará preparado", técnicamente, para circular con un sistema de conducción autónoma de nivel 4, es decir, sin necesitad de un conductor.
"Trinity hará que la conducción autónoma en el segmento de volumen sea posible para muchas personas", ha afirmado Volkswagen en su comunicado, aunque no será según aterrice en nuestras carreteras.
Cuando empiece la producción en serie en 2026, Trinity ya habrá alcanzado el 'Nivel 2+' y estará técnicamente preparado para el Nivel 4., pero otra cosa es cuándo decida Volkswagen habilitar esta capacidad de robotización.
Esto quiere decir que inicialmente Volkswagen lo pondrá en las carreteras permitiéndole únicamente prestar ayudas a la conducción con funciones similares a las que ofrece el Autopilot de Tesla, el Super Cruise de Cadillac o el ProPilot 2.0 de Nissan, menos capaces que las tecnologías homólogas de Honda y Mercedes-Benz, en base a los estándares de la escala SAE.
En un nivel 2 de conducción autónoma, el vehículo cuenta con sistemas de automatización de la conducción tanto para el control del movimiento longitudinal, como para el control del movimiento lateral, ambos a la vez.
Pero el sistema no cuenta con detección y respuesta ante objetos y eventualidades de manera completa, de manera que el conductor debe mantener la atención puesta sobre la carretera en todo momento, pese a que en situaciones concretas pueda separar las manos del volante.
En cambio, en un nivel 4 de conducción autónoma ya no es necesaria la figura del conductor. El propio sistema de automatización de la conducción cuenta con un sistema de respaldo para actuar en caso de fallo del sistema principal y poder conducir hasta una situación de riesgo mínimo.
Por ello, Volkswagen afirma que el Trinity podría convertirse potencialmente en cinco años en "un chófer que se ha encargado de llevarte de vacaciones o a casa después del trabajo", ejemplifica Ralf Brandstätter, CEO de la marca.
"Cargar tan rápido como repostar"
Pero el Volkswagen Trinity será la referencia de la compañía en otros aspectos cruciales del coche eléctrico, como los tiempos de recarga, reduciéndolos hasta cifras que hoy en día parecen una quimera: "La nueva arquitectura de vehículo marcará referencias en términos de autonomía, velocidad de carga ("cargar tan rápido como repostar") y digitalización", apunta en su escrito Volkswagen.
Por otra parte, este modelo también traerá consigo un cambio que se traducirá en un ahorro de costes para el fabricante: habrá muchas menos variantes de los futuros modelos, empezando por el Trinity, y el hardware estará ampliamente estandarizado, explica la marca.
"En el futuro, la configuración individual del vehículo dejará de estar determinada por el hardware disponible en el momento de la compra. En vez de eso, los clientes serán capaces de añadir funciones sobre demanda y en cualquier momento a través del ecosistema digital del coche", ha detallado Ralf Brandstätter.
Este modelo de negocio 2.0, como lo define la marca, previsiblemente se convertirá en otra de sus importantes fuentes de ingresos a lo largo del período de utilización del coche. Es decir, los conductores seguirán desembolsando dinero en los coches más allá del coste de la compra.
El Volkswagen Trinity será una berlina cero emisiones que rivalizará con Tesla Model S, pero promete costar la mitad. Llegará en 2026 tras el coche eléctrico barato de Volkswagen y la nutrida gama de cero emisiones que le precederá.
El Trinity se producirá en serie en la planta de Wolfsburgo (Alemania), la cual "se convertirá en el escaparate de procesos de producción innovadores y plenamente interconectados", advierte la firma.
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