Este lunes ha comenzado en Braunschweig, Alemania, el primer gran juicio entre consumidores afectados por el Dieselgate y Volkswagen. Hasta el momento, alrededor de 467.000 clientes se han unido a la demanda contra el fabricante alemán, que lleva desembolsados 30.000 millones de euros en compensaciones, abogados y procesos judiciales desde que estallara el escándalo en 2015.
Comienza así un proceso que se antoja complicado y que durará años.
Muchos frentes abiertos
Alemania solo ha permitido demandas colectivas desde el año pasado; en el caso de Volkswagen, los demandantes individuales están representados por VZBV, una asociación alemana de grupos de protección al consumidor.
"Somos de la opinión de que Volkswagen ha engañado y ahora deben enfrentar las consecuencias", ha dicho el director de la asociación de consumidores, Klaus Mueller, que argumenta que el fabricante instaló de forma deliberada un dispositivo que maquillaba las emisiones contaminantes en el banco de pruebas.
Volkswagen argumenta que los vehículos son técnicamente seguros a pesar del dispositivo de apagado del control de emisiones y podían usarse de forma segura. Este fue uno de los principales argumentos que el grupo alemán esgrimió para evitar pagar compensaciones en Europa.
Lo cierto es que una sentencia favorable a los consumidores no implicará un desembolso, sino que cada consumidor registrado en la demanda deberá reclamar de forma individual por los daños y perjuicios. En España la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) presentó una demanda colectiva contra el fabricante en la que hay reprsentados 7.500 usuarios afectados.
La vista preliminar tendrá lugar el 7 de octubre. La OCU solicita que la firma asuma indemnizaciones de 3.000 euros por cada usuario perjudicado, lo que se traduce en un montante de 22,5 millones de euros.
Este macrojuicio alemán durará al menos hasta 2023 debido a la posibilidad de una apelación ante la Corte Federal, a lo que habrá que añadir el tiempo que tomen los procedimientos individuales. La segunda audiencia está programada para el 18 de noviembre.
Lo cierto es que Volkswagen tiene muchos frentes abiertos. Hace tan solo unos días la Fiscalía alemana acusó formalmente a la cúpula de Volkswagen de manipular el mercado durante el Dieselgate.
Ya en mayo de 2017, inició una investigación para averiguar si Volkswagen ocultó intencionadamente al mercado financiero en 2015 el alcance del escándalo para evitar pérdidas accionariales y un consecuente daño a su cotización.
Los investigados son el antiguo CEO, Martin Winterkorn junto a los dos principales líderes del Grupo alemán: el CEO, Herbert Diess y el presidente, Hans Dieter Poetsch.
El grupo alemán tiene además pendiente una demanda colectiva de algunos de sus accionistas que buscan obtener más de 9.000 millones de euros en daños por las mismas acusaciones que hace la Fiscalía de Braunschweig.