Volkswagen ha querido dar una vuelta de tuerca a su GTI lanzando en el Salón de Ginebra la primera versión Cabrio de la historia de los Golf GTI. El Volkswagen Golf GTI Cabriolet se vale de su motor TSI 2.0 de 210 CV para acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y despeinarse al viento a una velocidad máxima de 237 km/h como nunca antes había hecho un Golf descapotable.
Sale a la calle con cambio manual de 6 velocidades y opcionalmente con doble embrague DSG y, de serie, con bloqueo de diferencial transversal XDS para transmitir su par máximo de 280 Nm a partir de 1.700 vueltas y de forma constante hasta las 5.300 rpm. Su consumo homologado es de 7,6 l/100 km con unas emisiones de CO2 de 177 g/km, y en la versión con DSG es de 7,7 l/100 km con 180 g/km.
En lo estético, vemos lo clásico de un GTI. Perfiles en rojo, paragolpes GTI, estriberas ensanchadas, escapes cromados, faros traseros de ledes, llantas de 17 pulgadas, asientos deportivos, tapicería a cuadros… Es decir, tenemos las virtudes del Golf GTI aunadas con el detalle de la capota que hará las delicias de más de un comprador a partir de este verano, cuando se pondrá a la venta.
Fiel a la estética de los Golf Cabrio, la capota sigue siendo de lona, cuya apertura se realiza por medio de un sistema electrohidráulico en un tiempo de 9,5 segundos siempre que el vehículo circule como máximo a 30 km/h.
Quizá sorprende un poco que se haga realidad esta unión entre el Golf GTI y el Golf Cabrio a poco tiempo (relativamente) de que salga a la luz la séptima generación de los Volkswagen Golf, pero quizá quien pueda permitírselo (cueste lo que cueste, que aún no se sabe cuánto será) pase por alto ese detalle y se haga con el primer Golf GTI Cabrio de la historia.
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