Por algún extraño motivo, a los aficionados al motor nos encanta ver cómo se reparan los vehículos. Cuanto más grandes sean mejor, pero hay cosas que es difícil entender, aunque sea en el contexto de un vídeo promocional como el de Ryder, una empresa de las mayores empresas de transporte de Estados Unidos.
Pues resulta que a los creativos de Ryder no se les ha ocurrido otra cosa mejor que coger un enorme Volvo VNL 780 nuevo, que viene a costar más de 100.000 euros, y destrozarlo para demostrar que pueden arreglarlo en menos de 24 horas. ¿Tiene sentido? No, ninguno. Pero supongo que se habrán divertido mucho disparando, quemando y lanzando una bola de demoliciones contra el pobre Volvo.
Al menos consiguieron devolverlo a la vida, algo que me parece más meritorio aún que haberlo hecho en sólo 16 horas. Y ahora es cuando van y lo ponen a la venta diciendo "bien cuidado, mantenimiento al día, como nuevo".