Siempre me ha fascinado cómo se puede mover una limusina, de tropecientos metros de largo, por el centro de una ciudad. Si condujera una tendría siempre presente el miedo de encontrarme con un badén más gordo de la habitual y encajar mi alargado coche para dejarlo en modo columpio, pero resulta que hay sitios peores que un badén para atascar una limusina. En Indiana lo saben bien.
Resulta que mientras un grupo de jóvenes celebraba un cumpleaños el pasado sábado a bordo de este Chrysler 300C limusina en New Paris, Estados Unidos, el conductor afrontó un paso a nivel que era demasiado para el vehículo. ¿El resultado? El alargado coche se quedó atascado en plena vía del tren y, claro, tuvieron que salir todos disparados. No es el mejor sitio para quedarse inmovilizado.
Afortunadamente todos salieron sanos y salvos del vehículo antes de que llegara un tren (que lógicamente pasaría en algún momento). Todos a salvo menos el propio vehículo, que aún así aguantó bastante bien el golpe. Yo habría apostado porque se partía por la mitad, porque eso de que te embista un tren no es precisamente moco de pavo. El vídeo, a continuación.