Entre tanta guerra del taxi, tanta huelga, tantas normativas y tantísimo caos, al fin esta esfera nos trae algo distendido y curioso, algo que no requiere entender el intrincado mundo de las licencias de taxi y VTC. Un vídeo que se ha viralizado a través de Whatsapp nos transporta al mundo del taxi de los años 60.
Demófilo Martínez y Julián Gallego tuvieron la oportunidad de ofrecer un servicio de taxi que hoy en día se nos antoja reservado para 'la élite': difusor de perfume, expendedor de tabaco, un surtidor de revistas... Lo que no encontramos hoy en día en Uber o Cabify, ni tampoco en un taxi.
"Un taxi como no hay dos"
Este documento histórico de 1963 forma parte del NO-DO (acrónimo de Noticiarios y Documentales), un noticiero semanal del régimen dictatorial franquista que se proyectaba obligatoriamente en los cines españoles antes de la película, entre 1942 y 1976, y ya de forma voluntaria hasta 1981.
En él podemos ver cómo el taxi de Demófilo cuenta con todo lujo de detalles, incluido un botiquín, un tocador, un diccionario y hasta una cartelera de espectáculos. La pasajera coge un cigarrillo del dispensador, lo enciende con una de las cerillas que tiene a su disposición y a continuación elige una revista.
Eso sí, no hay cinturones a la vista. De hecho, la primera normativa relativa al uso del cinturón de seguridad entró en vigor en España en 1974. Y no fue hasta 1990 que se impulsó el uso obligatorio del cinturón de seguridad en todos los asientos de los coches, con excepciones como la del taxi, precisamente. A día de hoy, no es obligatorio que los taxistas utilicen el cinturón cuando circulan por vías urbanas.
La época del 'motín de las gorras'
Era 1963 y faltaban tres años para que tuviera lugar el llamado 'motín de las gorras'. El 26 de julio de 1966 la plaza de Cibeles, en Madrid, amaneció cubierta de las gorras que los taxistas se negaban a vestir. Exigieron así al Ayuntamiento que modificara una ordenanza que les obligaba a llevar, además de un uniforme de color azul, una gorra incluso en los meses de verano.
Si no se cumplía esta ordenanza, los taxistas podían recibir una multa de 250 pesetas, una cantidad nada desdeñable en aquella época. Pero la protesta, como todas en medio de una dictadura, no dio resultado. Los taxistas tuvieron que esperar hasta 1979 para que la imposición desapareciera de forma oficial.
Un hecho que nos demuestra que la historia es cíclica: el pasado mes de junio, más de 1.200 socios de Federación Profesional del Taxi de Madrid aprobaron en una Asamblea Extraordinaria vestir un uniforme de color azul para "mejorar la imagen del sector y seguir incrementando la calidad del servicio". De momento, parece que no se ha regulado en una ordenanza municipal.
Si tienes curiosidad, puedes ver este noticiario completo en la Filmoteca Española.