Seguro que los lectores más mayores (y no tanto) conocen perfectamente la compañía RUF, una empresa alemana que ya en los años sesenta se dedicaba a restaurar y mantener vehículos Porsche y que hoy en día ofrece algunas de las preparaciones más brutales sobre modelos de la casa de Stuttgart.
Aunque la historia de RUF da para varios artículos en sí misma, hoy vamos a centrarnos en una de las piezas clave de su evolución a lo largo de los años, el RUF CTR “Yellowbird“. Es en este punto donde los más jóvenes se suman al carro de RUF y del CTR, gracias seguramente a sagas de videojuegos como Gran Turismo, donde podemos rodar con él y descubrir su historia.
De cualquier manera, hoy no vamos a hablar de videojuegos sino de la pura realidad, y qué mejor que recordar un modelo que seguro quedará en los libros de texto como uno de los deportivos más feroces de finales de la década de los años ochenta que llegó a ser considerado el automóvil de producción más rápido de su época.
A principios de 1987 el Ferrari F40 se convertía en el coche de producción más rápido hasta la fecha al superar las 200 millas por hora (322 km/h), aunque el título no le duraría mucho. Apenas unas semanas después un ligero “pájaro” alemán se iba a convertir en el vehículo de serie más veloz del momento.
El RUF CTR, que así se llamaba, fue puesto a prueba por la revista Road & Track frente a algunos deportivos de la época. La creación de RUF conseguía alcanzar las 211 millas por hora, unos 339 km/h, proclamándose así como el vehículo de producción más rápido hasta la fecha.
El sobrenombre Yellowbird, que literalmente significa pájaro amarillo y atiende al brillante color de carrocería del vehículo (otras fuentes indican que recibió el nombre por el “piar” de las válvulas de descarga de los turbos), se lo pusieron los fotógrafos que trabajaron ese día en la pista de pruebas de Ehra-Lessien, en Alemania, donde el CTR consiguió su récord de velocidad. Un año después otra revista consiguió alcanzar con el CTR los 342 km/h en Nardo.
Las entrañas del Yellowbird
Bajo esa carrocería de Porsche 911, el RUF CTR Yellowbird escondía el primer motor bóxer de seis cilindros con doble turboalimentación que la compañía instalaba en ningún vehículo, y que alcanzaba una potencia de 476 CV (350 kW) a 5.950 RPM y un par motor máximo de 553 Nm.
La fuerza del seis cilindros turboalimentado se envíaba a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de cinco velocidades diseñada por RUF y, gracias a estar aligerado unos 200 kilogramos con respecto a un Carrera, el CTR conseguía acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos (3,8 segundos, aproximadamente). El peso del conjunto rondaba los 1.170 kilogramos.
A pesar de lucir la carrocería de un 911 Carrera 3.2, las entrañas del RUF CTR distaban bastante de un 911 convencional. No sólo el capó o las puertas eran de aluminio para ahorrar peso, el coche incorporaba también paragolpes de fibra de vidrio y unos pasos de rueda traseros ligeramente ensanchados, junto a discos de freno Brembo ventilados de 330 milímetros, llantas de 17 pulgadas y, sobre todo, un motor muy avanzado.
Bajo su piel, el CTR escondía el seis cilindros bóxer del Carrera 3.2, aunque con la cilindrada aumentada a 3.366 centímetros cúbicos, dos turbocompresores KKK, dos intercooler y un sistema de inyección de combustible DME originalmente desarrollado para los Porsche 962 de competición.
RUF fabricó veintinueve unidades del CTR Yellowbird, muchas de las cuales nacieron a partir de los Porsche 911 Carrera de los clientes que querían convertirlos en un CTR. A día de hoy todavía son muy cotizados. Rondan los 200.000 euros.
Foto | ducktail964
Vídeo | Youtube, Youtube
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