Las últimas tendencias en fabricación de coches eléctricos parecen apuntar a que los 800 voltios se convertirán en el nuevo voltaje estándar. Muchos modelos surgidos en los dos últimos años como el Porsche Taycan o el Kia EV6 emplean ya esta arquitectura cuya gran ventaja reside en unos tiempos de recarga más cortos.
Sin embargo, todavía queda una importante marca que se mantiene reticente a ella: Tesla. Y en una reciente conferencia el mismo Elon Musk explicó la razón económica por la cual no ha seguido los pasos de sus competidores.
La palabra mágica: rentabilidad
Como viene siendo habitual en Musk, el motivo de su escepticismo hacia los 800 voltios es muy simple: emplear esta arquitectura en coches no es, desde su punto de vista, algo suficientemente rentable.
Preguntado a este respecto por uno de los accionistas durante la última presentación de sus resultados financieros, el vicepresidente de ingeniería de Tesla Drew Baglino respondió afirmando que, si bien no ignoran las ventajas de este voltaje, sobre aplicarlo en la plataforma de un coche como el Model 3 "hay ganancias y pérdidas, no todo es necesariamente mejor [...]. Lo hemos visto, y no hay nada que nos anime a hacerlo".
Casi sin dejarle terminar, el propio Musk apostilla sus palabras: "Nuestra estimación es que pasar de los 400 voltios actuales a los 800 nos puede ahorrar unos 100 dólares [por coche]. Las ventajas son pequeñas, y el coste elevado".
Y es que, según explica entre medias Baglino, esa adaptación requeriría no sólo desarrollar nuevos componentes para la planta motriz, sino también crear una red de carga diseñada ex profeso para poder recargar las baterías con esta intensidad de corriente. Esto último es lo que Porsche ha hecho con sus Turbo Chargers, capaces de recuperar el 80 % de la batería de un Taycan en apenas 20 minutos.
Sin embargo, para Tesla modificar su red de Superchargers con este fin requeriría una millonaria inversión que, a tenor de las palabras de Musk, no parece dispuesta a asumir.
No obstante, los de Fremont dejan la puerta abierta a su utilización en vehículos más pesados, donde (en su opinión) las ventajas sí superan los inconvenientes de desarrollar esta tecnología desde cero. Ello apunta a que, de ponerse finalmente con ello, los 800 voltios serían posibles en el Tesla Semi o incluso en la Cybertruck que debería ver la luz ya en 2023.