El culebrón de Google contra Uber sigue dando un coletazo tras otro. Si la última noticia que teníamos al respecto era que Anthony Levandowsky, el principal culpable de todo el jaleo de demandas entre los dos gigantes, había sido fulminado de Uber, ahora una declaración del abogado de Google ha revelado cuánto llevaba el gigante tecnológico gastado en su proyecto de conducción autónoma: 1.100 millones entre 2009 y 2015.
Hasta ahora Google siempre había mantenido en secreto los presupuestos del conocido en un inicio como Project Chauffeur. Tras hacerse público Waymo bajo el paraguas de Alphabet (la división de coches inteligentes de Google), las dotaciones se escondieron bajo el epígrafe "otras apuestas" que agrupaba los servicios de fibra, domótica y ciencias.
Una multa millonaria se avecina sobre Uber
El dato ha surgido tras una declaración judicial de Shawn Bananzadeh, analista financiero de Waymo. Google quiere una indemnización por la violación de su propiedad intelectual llevada a cabo por Levandowsky por la que Uber fue declarada culpable así que la vía judicial trataba de estimar la cuantía de los daños. El problema es que Waymo no ha comercializado sus activos, por lo que recurrieron a Bananzadeh para estimar cuánto ha podido gastar Google en el proyecto.
El analista afirmó entonces que desde que nació el proyecto en 2009 con la aprobación de la idea de Sebastian Thrun por Larry Page hasta finales de 2015, Waymo habría recibido unos fondos de 1.100 millones de dólares para desarrollar el software y hardware necesarios para sus coches autoconducidos.
Curiosamente, esa cantidad era exactamente la misma estimación que Google había hecho para todos los proyectos secretos de la compañía, por lo que podría deducirse que en realidad todos esos proyectos eran diferentes partes de Waymo.
Esta maniobra financiera fue calificada por Otto Trucking (la empresa de conducción autónoma de camiones fundada por cuatro ex-Google que efectuó el primer reparto autónomo de cerveza, ahora propiedad de Uber -la cerveza no, la empresa-) como "especulativa y desproporcionada", solicitando que cualquier estimación de Waymo que no se ajustase a la realidad fuese desestimada.
Y sí, 1.100 millones de dólares son un montón de dinero, pero está en la línea de las últimas adquisiciones similares en el sector. General Motors pagó 1.000 millones en 2016 por San Francisco Cruise Automation, la misma cantidad que Ford desembolsó en Argo AI (una start-up con dos meses de vida y fundada por un ex-ingeniero de Google).
La mayor adquisición de este tipo fue cuando Intel compró Mobileye, una empresa israelí de sistemas de conducción semi-autónoma asociada (en parte) con Tesla, por la que pagó 15.300 millones de dólares. Uber por su parte pagó sólo 680 millones por Otto Trucking y su tecnología lídar, centro de todas las polémicas que desataron el "caso Google contra Uber".
Teniendo estos datos como perspectiva, los 1.100 millones invertidos por Google no parecen tan exagerados, más aún siendo un desarrollo propio que ha conseguido sumar el mayor número de pruebas en entornos reales con más de 1.770 millones de km recorridos, 5 millones de éstos en conducción totalmente autónoma.
Así que no sólo la reclamación de Google puede llegar a buen puerto, sino que puede hacer mucho daño en el bolsillo a Uber. Algo que escocerá especialmente a Uber viendo que Waymo posee el software más avanzado y desarrollado en este campo sin invertir demasiado.