"Nadie puede hacerlo funcionar. Me estafaron". John Cena quería un Lamborghini y se compró una réplica. Ha tardado más de 20 años en estrenarlo y ha pagado mucho más

"Nadie puede hacerlo funcionar. Me estafaron". John Cena quería un Lamborghini y se compró una réplica. Ha tardado más de 20 años en estrenarlo y ha pagado mucho más
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HOY SE HABLA DE

John Cena, actor y conocido luchador de la WWE, es todo un petrolhead de los de verdad. Hoy tiene una colección envidiable de coches, pero ha tenido algún que otro problema haciéndola posible y no siempre ha hecho buenas inversiones. La peor, admite, ha sido una réplica del Lamborghini Diablo VT Roadster.

"Es el resultado de paciencia, fe y estupidez", les dijo a los salvadores que, más de 20 años después, han conseguido que Cena tenga su réplica lista para rodar. Y es que no podía ni conducirla porque ni arrancaba.

"No funcionaba nada". Cuando lo barato sale caro

El de Massachusetts cuenta los pormenores de la peor decisión de compra sobre ruedas en Club Shay Shay, el programa de la estrella de la NFL, Shannon Sharpe. "No quería gastarme el dinero en un Lamborghini, así que compré una réplica. Eso fue en 2003. Encontré una empresa que lo haría, le pusieron un V12 y pensé, ‘Hombre, es lo mismo. Se ve bastante bien. ¡Se ve genial!’". Pero no fue tan genial. De hecho estuvo a años luz de ser genial el asunto.

Dos años tardaron en entregarle el estupendo Frankenstein, cuyo motor era un V12 BMW usado. La chapuza para hacerlo realidad fue de nota: "El motor estaba unido con la sincronización de dos Chevy V6", comenta Cena. De esto se deduce que no tenía una única centralita si no dos provenientes de dos V6, por lo que no estaba sincronizado. "No funcionaba nada".

Pero Cena no se dio por vencido: quería su réplica de Lamborghini a toda costa. "Lo envié a diez talleres, finalmente encontré a alguien que lo hiciera, lo hicieron de punta a punta y, te aseguro, se ve genial".

Un puzzle por motor y años para hacerlo funcionar. La hazaña la han conseguido los chicos de 'Carfix', uno de los programas del canal Discovery Turbo. Y han tardado lo suyo. El Diablo Roadster lo recibieron hace ya tiempo, como comentan en el vídeo. Lo primero que apreciaron fueron las dos centralitas de marras, aunque no fue la única sorpresa con la que se toparon.

Videollamada mediante porque estaba en el rodaje de 'Fast & Furious 9', el actor les explica su viacrucis con la réplica fallida. También por qué decidió embarcarse en semejante inversión: "Cuando era joven los Lamborghini me parecían muy caros y siempre me había encantado el Diablo GT del 99. Veía las imitaciones que se vendían y se veían muy bien".

El caso es que como sabía que no sólo era caro comprar un Lambo, sino también mantenerlo, optó por una réplica. Y por lo que cuenta escogió la empresa que más barato la haría. Un error total. "Nunca admití que me había equivocado, pero sí, me he equivocado. Nadie puede hacerlo funcionar. Me estafaron".

Aceptado el reto, el camino no ha sido fácil. Los chicos de 'Carfix' se encontraron un enrevesado puzzle de cables y conexiones en el bloque V12 de BMW. Y al desmontarlo también apreciaron juntas mal atornilladas y chapuzas como cartón o papel higiénico para salvar los huecos. Una maravilla.

Tras largos meses y meses de trabajo han conseguido hacerlo funcionar y ajustarlo por completo. Y ahora por fin se lo han entregado a Cena, que está encantado, claro. Aunque menos mal que su cuenta bancaria es muy generosa, porque se ha dejado no poco dinero en esta obsesión.

Cena explica que la broma le ha salido por más de doble que si hubiera invertido en un Lamborghini Diablo nuevo. Según datos de JD Power, un Diablo VT Roadster nuevo en 1997 rondaba los 273.000 dólares. Así, y además del coche en sí, se estima que se ha dejado más de 400.000 dólares en estas dos décadas para arreglarlo y poder conducirlo. Quien la sigue la consigue pero si eres millonario es más sencillo.

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