Para la octava generación del Corvette, Chevrolet ha operado una pequeña revolución al crear el nuevo deportivo con un motor central. Sin embargo, no iba a pasar por alto la tradición de una versión descapotable. Hoy, Chevrolet nos presenta el nuevo Corvette Convertible, la versión descapotable del Corvette C8 Stingray. Y lo hace, como viene siendo habitual en este segmento, con un techo duro retráctil.
El techo consta de dos partes, se abre y cierra eléctricamente y es básicamente un sistema muy similar al que podríamos encontrar en el Ferrari F8 Tributo Spider o el McLaren 720S Spider. Es la primera vez en la historia del Corvette que el descapotable viene con techo duro, pero en Chevy aseguran que no merma en nada las cualidades y las prestaciones del Corvette.
El techo, realizado en materiales compuestos, se esconde debajo del capó y por encima del motor, por lo que la capacidad del maletero se mantiene intacta. No era el caso en los anteriores Corvette descapotables (y el maletero del Corvette con motor delantero nunca fue muy grande, precisamente).
Además, en Chevy aseguran que, con respecto a una capota de lona, el techo duro mejora el aislamiento acústico. A no ser que el conductor baje la luna trasera eléctrica y pueda así escuchar con más intensidad el rugido del V8 atmosférico de 6.2 litros. Es algo que ya hemos visto en otros modelos descapotables de este segmento, como en el Audi R8 Spyder por ejemplo.
Diseñado desde el principio para poder quitar el techo
La mayor parte de la rigidez del Corvette C8 proviene de su arquitectura de viga central, por lo que cortarle el techo no debería afectar de forma notable la rigidez torsional del coche. De hecho, apenas se han utilizado refuerzos estructurales como evidencia el peso que ha ganado el coche en la operación: inferior a 36 kg, según Chevy. Y la mayor parte de esos 36 kg se deben a los seis motores eléctricos del techo y el propio techo.
Así, las prestaciones deberían ser iguales. Al menos, así lo aseguran en Chevrolet que dan la misma cifra de 0 a 100 km/h para el Convertible que para el Coupé (menos de 3 segundos con el pack performance opcional). Por otra parte, Chevy anuncia una puesta a punto ligeramente diferente (en muelles y amortiguadores) para el Convertible con respecto al cupé.
La producción del Corvette C8 Convertible arrancará en el primer trimestre de 2020 y supondrá un sobreprecio de 7.500 dólares con respecto al C8 cupé, es decir, 67.495 dólares. Esto significa que al otro lado del charco, un Corvette cabrio y de motor central con su V8 de 495 CV costaría menos que un Porsche 718 Boxster S. ¿Lo veremos en Europa de forma oficial? En algunos mercados, como Alemania, Francia o Suiza, sí, pero no en España. Y de todos modos, una vez en Europa, no será tan "asequible" como en Estados Unidos.