Tras asombrar como concept en el Salón de Frankfurt 2017 por prometer unas prestaciones demenciales, el Aspark Owl, el hyperdeportivo eléctrico japonés, ha sido desvelado en su versión de producción. Solo se fabricarán 50 exclusivas unidades y las primeras entregas están previstas para el segundo trimestre de 2020, aunque el precio, eso sí, es prohibitivo: 2.900.000 euros.
El Aspark Owl es capaz de completar el 0-60 millas (0-96 km/h) en tan solo 1,69 segundos, un tiempo que lo convierte en el coche más rápido de la tierra dentro ese fragmento, pulverizando los increíbles 1,85 segundos del Rimac C_Two y los 1,9 segundos que promete tardar el Tesla Roadster 2020 en alcanzar los 96 km/h desde parado. Si bien, la firma californiana ya amenaza con una posible mejora que habrá que ver en qué queda.
Para lograr tales guarismos sin emitir gases contaminares, el samurái cuenta con cuatro motores eléctricos síncronos de imán permanente (PMSM) que desarrollan 1.480 kW (2.012 CV) y 2.000 Nm de par, y le permiten alcanzar los 400 km/h de velocidad punta. Para pasar de parado a 300 km/h tan solo necesita 10,6 segundos.
Estos propulsores dependen a su vez de una batería de iones de litio de 64 kWh que le dota de una autonomía ente cargas de 450 km, homologados bajo el anticuado ciclo NEDC. El tiempo de recarga es de una hora y 20 minutos conectado a un punto de carga de 44 kW, aunque la compañía promete mejorar el sistema de carga de la batería a lo largo del próximo año sin especificar más detalles.
La batería, bajo control en todo momento
A fin de tranquilizar a los más escépticos, la entidad asegura que el gran rendimiento del Aspark Owl no pone en riesgo la pila del coche, que ha sido testada "con éxito en una larga serie de pruebas de seguridad como resistencia al fuego, prueba de aplastamiento, sobrecarga y protección contra sobrecarga".
Además, esta bestia de cuatro ruedas cuenta con un sistema de monitoreo automático que se encarga de supervisar en todo el momento el buen estado de las celdas y prevenir de cualquier hipotético factor que suponga una amenaza.
Pero más allá del sistema de propulsión, lograr las mencionadas prestaciones oníricas es fruto también de su excelso cuidado aerodinámico y una altura inferior al metro (99,3 centímetros).
La longitud de este deportivo biplaza se cifra en 4,79 metros, es decir, por establecer cierta referencia, está a medio camino entre un Audi A5 Coupé y el Audi A6, pues es 12 centímetros más largo que el primero y 15 centímetros más corto que el segundo, mientras que la anchura se fija en 1,93 metros. La distancia entre ejes es de 2,75 metros.
Además, el vehículo dispone de un sistema de suspensión hidráulica de doble horquilla que permite al conductor ajustar la altura libre al suelo entre 80 y 160 mm, al mismo tiempo que el puede elegir entre cuatro modos de conducción distintos: deportivo, lluvia-nieve, ciudad y alto rendimiento.
Viva la fibra de carbono: un chasis de solo 120 kg
Por otra parte, con el objetivo de aligerar el peso lo máximo posible, Aspark ha optado por un chasis monocasco de fibra de carbono cuyo peso final es de solo 120 kg, combinado con un cuerpo elaborado con plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) que deja deja la báscula en unos excelentes 180 kg. El peso total del coche en seco, no obstante, se dispara sorprendentemente hasta los 1.900 kg y no 860 kg como marcaba el prototipo del que deriva.
En el exterior se han incluido otras novedades respecto al concept, como dos retrovisores con cámara; el vidrio lateral, que según la entidad es ahora más funcional y está inspirado en el de los Lamborghini Countach y McLaren Senna; o el prominente alerón trasero, que se despliega de forma automática a velocidades por encima de 150 km/h y se oculta por sí solo a marchas inferiores a 100 km/h. Lo que sí conserva intactas son sus llamativas puertas de ala de halcón, al estilo Tesla Model X.
Aspark permite a los afortunados futuros propietarios de un Owl calzar al coche con unos neumáticos Michelin Pilot Sport CUP2-R 265/35 ZR20 o unos Pirelli P Zero 265/35 ZR20 en el caso de las ruedas delanteras, mientras que para las traseras se puede escoger entre unos Michelin Pilot Sport CUP2-R 265/35 ZR21 o unos Pirelli P Zero 265/35 ZR21. Los discos de freno son carbocerámicos, con pinzas de 10 pistones en la parte delantera y de 4 pistones en la trasera.
En cuanto al interior, la firma por el momento no ha facilitado imágenes, pero sí ha adelantado que dispone de cuatro pantallas, dos de las cuales proyectarán las imágenes de las mencionadas cámaras de los espejos retrovisores.
El Asparl Owl se producirá en Turín (Italia) en colaboración con el carrocero italiano Manifattura Automobili Torino, y se espera que las entregas comiencen en el segundo trimestre de 2020. El precio de partida de las 50 unidades personalizadas que se ensamblarán es de 2.900.000 euros, y pueden ser ser reservadas previo pago de un depósito de 50.000 euros.
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